En un vibrante acto que marcó el inicio de los tradicionales festejos, se ha dado paso a celebraciones que se viven con particular entusiasmo en la ciudad. Esta vez, el pregón resonó con un eco especial, enmarcado por las palabras «un pregón de Cuenca para Cuenca. Un pregón de un alma matea para San Mateo. Un pregón de un amante del toro para preparar el terreno para la salida de la vaquilla», palabras que no solo evocaron la identidad y el fervor de la festividad, sino que también sirvieron para despertar el espíritu de los participantes.
Con la emblemática imagen de la ciudad sirviendo de fondo, el evento, plagado de emoción y expectativa, se convirtió en el escenario perfecto para la entrega de diferentes reconocimientos a individuos y entidades que han contribuido de manera significativa a la esencia y la continuidad de las tradiciones locales. Los galardonados, visiblemente emocionados, recibieron sus distinciones entre los aplausos y el aprecio de la audiencia, compuesta tanto por residentes orgullosos como por visitantes cautivados por la riqueza cultural de Cuenca.
El ambiente festivo es solo un preludio de lo que promete ser una serie de días llenos de alegría, música y, por supuesto, la anticipada carrera de la vaquilla, un evento central que cada año atrae a multitudes y que simboliza la fusión de historia, deportividad y entretenimiento que caracteriza a San Mateo. Con la localidad ya vibrando al ritmo de los festejos, este pregón ha marcado definitivamente el tono para lo que se espera sea una celebración inolvidable.