Diego Aguado: El Matemático que Conquista ‘Cifras y Letras’ con su Pasión por los Desafíos

Convertido en el espacio más visto de La 2 en septiembre, Cifras y letras ha atraído a 719.000 espectadores de media, logrando un notable 5,9% de share. En medio de esta gran acogida, un nuevo concursante ha capturado la atención del público: Diego Aguado. Desde su debut el 25 de septiembre, Aguado ha comenzado a cosechar victorias, estableciendo un firme camino hacia la cima.

A sus 46 años, este matemático madrileño ha demostrado tener un talento sobresaliente. Con 9 victorias en su haber, se encuentra a solo 18 articulaciones del récord del sevillano Carlos Rodríguez, quien dominó el concurso el año pasado con 27 triunfos. Diego está a la par con otros conocidos concursantes como Fer Castro y en la cercana lucha por las 13 victorias de Álvaro Gamboa en su primera etapa en el programa. Hasta ahora, su trayectoria es un reflejo de un «sueño» hecho realidad, algo que él mismo subraya: «Pensaba que concursar en Cifras y letras era una oportunidad que nunca volvería.»

Con esta firme pasión por los concursos, Diego ha participado previamente en otros formatos populares como Password, Saber y ganar y Pasapalabra. Su secreto para el éxito radica en una extensa práctica de cálculo mental y juegos de palabras. Además de ser matemático, trabaja como consultor para empresas de videojuegos y juegos de mesa, un campo en el que ha alcanzado gran especialización, compitiendo incluso en eventos nacionales.

Más allá de sus logros en la pequeña pantalla y en el mundo de los juegos, otro de sus sueños es visitar Japón. Para ello, ha estado dedicando los últimos dos años al estudio del japonés. Amante del humor absurdo y con una visión optimista de la vida, Diego no es supersticioso; de hecho, tiene una particular predilección por el número trece.

Con los premios que ha logrado en Cifras y letras, planea invertir en un proyecto personal relacionado con videojuegos y juegos de mesa. Esta participación no solo es un pasatiempo; es, sin lugar a dudas, una de las grandes «espinas clavadas» de su vida. En su juventud, el programa dejó de emitirse y no fue seleccionado en su primer casting, un revés que nunca pudo sacudirse. Ahora, con una segunda oportunidad en sus manos, Diego Aguado vive un momento que va más allá del entretenimiento; es una reivindicación de sueños pasados y un nuevo capítulo lleno de posibilidades.

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