Un fuerte terremoto de magnitud 6,0 sacudió el este de Afganistán durante la noche del domingo, dejando un saldo devastador de al menos 622 muertos y alrededor de 1,500 heridos, según han informado las autoridades locales. El epicentro del sismo se ubicó cerca de la provincia de Nangarhar, a una profundidad que amplificó su fuerza destructiva. A este temblor inicial le siguieron varias réplicas, complicando aún más los esfuerzos de rescate.
Las autoridades afganas, encabezadas por el ministro del Interior, han ordenado la movilización inmediata de equipos de rescate para ayuda a las víctimas, aunque las operaciones se ven obstaculizadas por deslizamientos de tierra que han cerrado carreteras. Las provincias más afectadas han sido Kunar y Nangarhar, que enfrentan dificultades para acceder a las áreas remotas donde se necesita evaluar el impacto y organizar la ayuda humanitaria.
Los talibanes han reconocido la magnitud del desastre, asegurando que se están movilizando todos los recursos disponibles para salvar vidas. Con la situación aún en desarrollo, las cifras de fallecidos y heridos podrían aumentar a medida que avancen las labores de rescate y se evalúen los daños en las zonas más inaccesibles.
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