En un devastador incidente que ha conmocionado al mundo, al menos 30 personas han perdido la vida y más de cien han resultado heridas, algunas de ellas de gravedad, como consecuencia de un ataque aéreo israelí. El bombardeo, que se llevó a cabo con tres misiles, tuvo como blanco un hospital de campaña establecido en la escuela Khadija, ubicada en Deir al Balah, en el corazón de la Franja de Gaza.
El Gobierno de Gaza, bajo el control de Hamás, ha condenado rotundamente este acto, calificándolo de «horrible masacre» ejecutada por «la ocupación israelí». Según el comunicado emitido, este hospital brindaba servicios esenciales a decenas de pacientes y heridos, todos ellos civiles en busca de refugio y ayuda médica en medio del caos.
La escuela Khadija, antes del ataque, era un refugio para más de 4,000 personas desplazadas debido al intenso conflicto en la región. La situación se torna aún más crítica ya que los heridos están siendo trasladados al hospital Al Aqsa, en la misma área, donde los equipos médicos, a pesar de encontrarse bajo recursos limitados, están esforzándose por atender a los afectados.
El comunicado del Gobierno de Gaza también destaca la terrible situación del sistema de salud del enclave, el cual se encuentra al borde del colapso tras la destrucción de varios hospitales. Esta catástrofe ha generado una presión inmensa sobre el personal médico y ha reducido drásticamente la capacidad de respuesta ante la emergencia actual, agudizada por la falta de suministros sanitarios.
El cierre del paso fronterizo de Rafah, crucial para el traslado de pacientes crónicos y heridos graves hacia tratamiento en el extranjero, añade otra capa de desesperación a la situación. El Gobierno de Gaza hace un llamado urgente a la comunidad internacional para que intervenga y detenga lo que han denominado una «guerra de genocidio» en la Franja de Gaza, que ha resultado en un flujo constante de víctimas.
Este reciente ataque se suma a la intensificación de las acciones militares israelíes tanto en el centro como en el sur de la Franja de Gaza, especialmente en la ciudad de Jan Yunis, donde se ha pedido la evacuación forzosa de los civiles hacia áreas cada vez más reducidas. De acuerdo a las autoridades gazatíes, los ataques en esta zona ya han dejado 23 muertos y cerca de 90 heridos. Israel, por su parte, sostiene que la respuesta militar es una necesidad dada la supuesta instalación de «infraestructura terrorista» por parte de Hamás en la zona humanitaria de Mawasi.
Después de casi diez meses de hostilidades, la tragedia humana en Gaza se traduce en más de 39.258 muertes, en su mayoría mujeres y niños, y más de 90.589 heridos, con alrededor de 10.000 personas aún atrapadas bajo los escombros, esperando ser rescatadas o recuperadas. Este escalofriante balance pone de manifiesto la urgencia de encontrar una solución humanitaria y política al conflicto, que mitigue el sufrimiento de los civiles en una de las zonas más conflictivas del mundo.
