En una inquietante revelación que ha sacudido a la capital de Kenia, un hombre fue arrestado tras admitir el brutal asesinato de 42 mujeres, exponiendo una serie de crímenes atroces que han estado ocurriendo en silencio dentro de Nairobi. La detención de Collins Jomaisi Khalisia, un hombre de 33 años, se produjo luego de vincularlo con la reciente aparición de cuerpos desmembrados de mujeres en un vertedero ubicado en un barrio desfavorecido de la metrópolis.
El descubrimiento comenzó el pasado viernes, cuando se encontró un mínimo de ocho víctimas, lo que llevó a una intensa investigación por parte de la Oficina de Investigaciones Criminales de Kenia. Khalisia fue capturado a tempranas horas del lunes en un establecimiento local mientras veía la final de la Eurocopa, gracias a la pista proporcionada por una transacción de dinero móvil hecha desde el teléfono de una de las víctimas. Esto no solo subraya la eficiencia y rapidez de las operaciones de vigilancia y seguimiento de la policía keniana, sino también el temerario descuido del perpetrador.
El director de la DCI, Amin Mohamed, en una conferencia de prensa, informó sobre las impactantes confesiones de Khalisia, quien describió con detalle cómo engañó y posteriormente asesinó a sus víctimas utilizando siempre el mismo modus operandi. Khalisia implicó que su primer acto de violencia fue contra su propia esposa, estrangulándola hasta la muerte antes de desmembrar el cuerpo para finalmente descartarlo en el vertedero.
La pesquisa domiciliaria efectuada por las autoridades en la residencia de Khalisia produjo el hallazgo de una espeluznante colección de pertenencias, que incluía 24 tarjetas SIM, ocho teléfonos móviles, un ordenador portátil, ropa interior femenina, un machete supuestamente usado para desmembrar a las víctimas, y varias bolsas de plástico, similares a las utilizadas para desechar los cuerpos. Estos elementos no solo sirven como evidencia forense, sino que además aportan un vistazo siniestro a la práctica y premeditación de sus actividades criminales.
La DCI ha comunicado que las víctimas identificadas hasta el momento eran todas mujeres jóvenes, de entre 18 y 30 años. Este patrón apunta a una predilección específica del asesino, elevando la urgencia y la atención sobre la seguridad de las mujeres en esta demografía dentro de Nairobi. Además, se está explorando la posibilidad de que estos actos pudieran estar relacionados con sectas criminales, asesinos en serie independientes, o una red más amplia de criminalidad que involucre a médicos corruptos.
Ante la magnitud de esta tragedia, las declaraciones de Mohamed reflejan la percepción de un asesino «psicópata que no respeta la vida humana», mientras continúan las investigaciones para desentrañar completamente el alcance y las motivaciones detrás de estos crímenes horrendos. Este caso no solo representa un desafío significativo para el sistema judicial y policial de Kenia, sino que también lanza una sombra de temor y consternación entre la ciudadanía, al ser testigos de uno de los episodios más oscuros de violencia criminal en su historia reciente. La comunidad espera justicia para las víctimas y medidas contundentes para prevenir futuros actos de violencia tan desgarradores.