El pasado viernes 19 de abril, una conductora de 21 años fue investigada por un delito contra la seguridad vial tras ser sorprendida circulando a una velocidad de 233 km/h en un tramo de la A-40 cuyo límite es de 120 km/h, dentro del término municipal de Tarancón, provincia de Cuenca. El vehículo, detectado por un radar móvil del Destacamento de Tráfico de Tarancón, se salió de la vía poco tiempo después, en la provincia de Toledo.
El radar móvil, que formaba parte del Subsector de Tráfico de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca, registró que el turismo superaba en más de 110 km/h la velocidad máxima permitida para la vía interurbana. Los agentes alertaron inmediatamente a la central COTA para que el vehículo fuese interceptado, pero fue poco después cuando se informó de un accidente en la misma autovía, a unos 8 kilómetros del lugar donde se había detectado la infracción, en el término municipal de Santa Cruz de la Zarza (Toledo).
Una patrulla del Destacamento de Tráfico de Ocaña confirmó que se trataba del mismo turismo, prestando los primeros auxilios a la conductora. Esta fue trasladada al Hospital General de Toledo con heridas leves, según confirmó la Guardia Civil en una nota de prensa.
Una vez comprobado que la conductora no presentaba lesiones graves, los miembros del Equipo de Investigación de Siniestros Viales (EIS) de Talavera (Toledo) procedieron a investigar el incidente. Posteriormente, el EIS de Cuenca tomó el relevo para continuar con la instrucción del caso y su posterior remisión al Juzgado de Instrucción número dos de Tarancón.
De ser hallada culpable, la joven investigada se enfrenta a posibles sanciones que incluyen una pena de prisión de tres a seis meses, multas de seis a doce meses o trabajo comunitario de treinta y uno a noventa días. Además, podría perder el derecho a conducir vehículos a motor o ciclomotores por un periodo de entre uno y cuatro años.
