En un giro inesperado que ha conmocionado a los seguidores de «Supervivientes 2025», Rosario Matew ha decidido abandonar el reality show, citando inicialmente una sensación de agobio y asfixia constante que la ha llevado a sentirse completamente atada y desbordada. La decisión de Matew de activar el protocolo de abandono sorprendió tanto al público como a sus compañeros de aventura. Sin embargo, no fue hasta el debate emitido por Telecinco, donde reveló el peso real detrás de su abrupta partida.
A pesar de recibir una atención especial por parte de la producción, quien tras su petición, la movió a una zona VIP para ofrecerle un respiro y la oportunidad de comunicarse con el exterior, Matew no encontró el alivio esperado. Aunque una conversación inicial con Sandra Barneda le proporcionó un momento de desahogo, fue la comunicación con sus padres y luego un mensaje de Stiven, su reciente pareja, lo que clarificó sus verdaderos motivos.
Rosario confesó que detrás de su malestar se escondía un profundo dolor emocional ligado a su relación con Stiven. «Lo echo muchísimo de menos», admitió, explicando cómo la presión del programa exacerbó cuestiones personales no resueltas, hasta el punto de generarle una profunda ansiedad, similar a la que había experimentado en el pasado y que había comprometido significativamente su bienestar.
La revelación de Matew ha generado un amplio debate sobre las implicaciones psicológicas de participar en este tipo de formatos televisivos, donde las estrategias de aislamiento y supervivencia pueden resurgir traumas o problemas previos en los concursantes. Su decisión de abandonar, impulsada por la necesidad de cuidar de su salud mental y reencontrarse con Stiven, marca un precedente significativo en la historia del programa.
Aunque la producción de «Supervivientes» ha intentado manejar la situación con sensibilidad, quedan interrogantes sobre las medidas de apoyo emocional y psicológico disponibles para los participantes en estos entornos extremadamente desafiantes. Los espectadores y expertos en salud mental han iniciado una conversación sobre la responsabilidad de los productores de contenido reality en proporcionar un entorno seguro, tanto física como emocionalmente, para sus estrellas.
La salida de Rosario del concurso no solo ha dejado un vacío en la dinámica del grupo, sino que ha abierto una ventana a la discusión sobre la delgada línea entre el entretenimiento y el bienestar de los individuos expuestos en estos formatos. Mientras «Supervivientes» continúa capturando la atención de la audiencia con sus desafíos de supervivencia, la decisión de Matew resuena como un recordatorio crítico de la vulnerabilidad humana en situaciones de extremo estrés, incluso en el contexto de un juego televisivo.
