El Gobierno de Estados Unidos ha liberado más de 10,000 páginas de documentos relativos al asesinato de Robert Kennedy, hermano del igualmente asesinado presidente John Fitzgerald Kennedy, que permanecían clasificadas hasta la fecha. En un movimiento hacia la transparencia, Tulsi Gabbard, la directora de Inteligencia Nacional, comunicó a través de la red social X la disponibilidad de estos documentos con «mínimas redacciones» principalmente por cuestiones de privacidad. Esta masiva desclasificación ha sido recibida con esperanza por Robert Kennedy Jr., hijo del exsenador y actual secretario de Salud de EE. UU., quien ve en este acto un «paso necesario para restaurar la confianza en el Gobierno estadounidense».
La promesa de hacer públicos los archivos relacionados con el asesinato de Robert Kennedy data de la administración de Donald Trump, quien, a pesar de su compromiso inicial, accedió a las demandas de la comunidad de inteligencia de mantener el grueso del material como clasificado. Sin embargo, Trump reiteró su compromiso durante su campaña de 2024, responsabilizando a la CIA por los retrasos en la publicación de estos documentos. Tras asumir el cargo en enero, firmó una orden desclasificando archivos sobre los hermanos Kennedy y el activista Martin Luther King, también asesinado.
La relevancia de esta desclasificación radica no solo en la figura de Robert F. Kennedy como senador por Nueva York y candidato a la nominación presidencial demócrata en 1968, sino también en la controversia que ha rodeado su asesinato, ocurrido en Los Ángeles. La postura de su hijo, Robert F. Kennedy Jr., quien ha pedido la libertad condicional para Sirhan Sirhan, el hombre condenado por el asesinato, ha generado discrepancias dentro de su propia familia. Kennedy Jr. cuestionó abiertamente la culpabilidad de Sirhan en 2021, instando al gobernador de California, Gavin Newsom, a considerar su liberación –petición que fue denegada–.
La publicación de estos documentos, accesible en la página web archives.gov/research/rfk, no solo pretende arrojar luz sobre uno de los episodios más oscuros y debatidos de la historia política estadounidense, sino también cumplir con una demanda largamente sostenida por transparencia gubernamental y justicia histórica. La liberación de los mismos representa un momento significativo para la nación, brindando al público, investigadores y a la familia Kennedy nuevas piezas para ensamblar en el complejo puzzle de su tragedia familiar y política.