Desvelando el misterio: ¿Cómo el ‘mus’ chino cautivó y ‘corrompió’ a la élite de Shanghái sin apostar?

En la República Popular China, un país conocido por su rigurosa censura hacia los juegos de azar, un juego de cartas denominado GuanDan se ha convertido en una excepción notable. Este pasatiempo, catalogado como patrimonio inmaterial de la nación, no solo ha escapado de las críticas gubernamentales sino que ha sido promovido por las autoridades como una actividad que refuerza el tejido social y mantiene a la población mentalmente activa. A diferencia de otros juegos de naipes que favorecen las apuestas, el GuanDan se centra en la estrategia y el cálculo de movimientos, lo cual ha contribuido a su acceptación y afluencia entre 140 millones de chinos, incluyendo una significativa participación juvenil.

Sin embargo, recientes editoriales publicados por el Beijing Youth Daily, un periódico con fuertes vínculos con el aparato de propaganda del estado, han sembrado dudas sobre esta práctica cultural. Se argumenta que el juego ha devenido en un ámbito privilegiado para que élites empresariales y funcionarios gubernamentales fomenten relaciones basadas en intereses personales, un ambiente propicio para la corrupción y la conspiración. La preocupación del diario sugiere un giro en la percepción gubernamental, insinuando que incluso las actividades culturales podría ser escrutadas bajo la lupa de la ética y la productividad.

El GuanDan, originario de la provincia de Jiangsu en la década de los años 60, trascendió su humilde origen para convertirse en un canal de guanxi (relaciones) influyente en la China contemporánea. Su estructura de juego por parejas y el uso de dos barajas, incluyendo comodines, permiten una amplia gama de estrategias y han popularizado el juego más allá de las fronteras provinciales. Este crecimiento culminó con su inclusión en el Festival Gala de Primavera de 2023, una de las transmisiones televisivas de mayor audiencia en el país.

Expertos, como Raquel León de la Rosa, directora del Observatorio de Política China e investigadora en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, destacan que el GuanDan se ha convertido en una herramienta para empresarios buscando favores gubernamentales. Además, se señala que el juego ha distorsionado dinámicas económicas y corporativas al vulnerar la meritocracia y favorecer acuerdos bajo mesa. Un ejemplo notorio es el caso de la promotora inmobiliaria Evergrande Group, cuyos directivos fueron acusados de usar el GuanDan para cerrar negocios fundamentales.

Sin embargo, a pesar de los señalamientos del Beijing Youth Daily y las críticas de ciertos sectores, el GuanDan sigue siendo popular entre la población china. Analistas como el profesor Wen-Ti Sung sugieren que la inclusión del juego en la mira gubernamental podría ser contradictoria, dadas las aficiones conocidas de liderazgos pasados como Deng Xiaoping por juegos de mesa. Este punto de vista indica cómo la política y la cultura a menudo se encuentran entrelazadas en China, y pone en cuestión las motivaciones y efectos de las medidas de regulación propuestas.

El futuro del GuanDan está, por tanto, en una encrucijada. Mientras algunos ven las críticas como un simple aviso, otros anticipan regulaciones más estrictas que podrían limitar su práctica. Lo que está claro es que la evolución de este juego, desde una forma de entretenimiento local hasta un asunto de interés nacional, refleja las complejidades de la dinámica social, económica y política en la China de hoy.

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