En una audaz táctica militar, soldados rusos emplearon un gasoducto abandonado como vía de infiltración en un intento por recuperar territorios en la ciudad de Sudzha, región de Kursk, capturados previamente por fuerzas ucranianas. Este inusual método de avanzada, que implicó un desplazamiento subterráneo de aproximadamente 15 kilómetros, pone de relieve las tensiones escaladas y las estrategias no convencionales en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
El grupo de soldados, que conformaban unidades de «sabotaje y asalto», se adentraron en el túnel de 1,5 metros de ancho, originalmente destinado al tránsito de gas hacia Europa, revelando la disposición de usar cualquier recurso a mano para ganar ventaja en el campo de batalla. La operación tomó varios días, durante los cuales las tropas rusas permanecieron ocultas, preparándose para sorprender a las fuerzas ucranianas en un movimiento táctico diseñado para revertir las ganancias territoriales de Kiev en esta zona estratégica.
Imágenes difundidas por blogueros rusos, incluido Yuri Podolyaka, muestran a soldados avanzando dentro de la tubería, con somebrosos uniformes y en ocasiones fumando, lo que apunta a la dureza y la tensión del operativo. De acuerdo con reportes del frente, este acceso encubierto permitió a las tropas rusas posicionarse de manera sorpresiva en Sudzha, marcando el inicio de una batalla intensa por el control de la localidad.
El Estado Mayor de Ucrania, reconociendo la infiltración, afirmó que los grupos rusos fueron «detectados a tiempo», enfrentando una respuesta contundente a base de cohetes y artillería. Sin embargo, Moscú aseguró avances significativos, no solo en Sudzha sino también en otras localidades, incluyendo la aldea de Lebedevka y varias más cerca de la frontera en la región de Sumy.
A pesar del aparente éxito táctico, críticas dentro de la misma Rusia apuntan a la falta de soporte logístico necesario para sostener una ofensiva de esta magnitud. Blogueros afines a las fuerzas rusas han advertido sobre la carencia de suministros básicos y la dificultad para mantener la cadena de mando y la moral de las tropas en situaciones extremas como esta.
Del lado ucraniano, se ha incrementado la vigilancia sobre el gasoducto y se han tomado medidas para contrarrestar la presencia rusa en el área. Yuriy Butusov, un reconocido bloguero militar ucraniano, mencionó que Rusia enfrenta una resistencia considerable, no solo de parte de Ucrania sino también debido al apoyo militar externo que ha ayudado a reforzar las defensas ucranianas.
El hecho de que Rusia haya recurrido a estrategias tan insólitas subraya la importancia crítica de la región de Kursk, no solo como un objetivo militar sino también como un símbolo del desgaste y la complejidad del prolongado conflicto con Ucrania. A medida que ambos bandos se hunden más en una lucha por el territorio y la ventaja estratégica, la resolución del conflicto parece cada vez más enredada en las operaciones militares poco convencionales y los cálculos geopolíticos.