El debate sobre el gasto federal y las reformas en el presupuesto se intensifica en el contexto político estadounidense, a medida que la administración del presidente Donald J. Trump avanza con nuevas propuestas destinadas a recortar gastos. Uno de los principales instrumentos utilizados por el gobierno es el denominado «One Big Beautiful Bill», que promete ser un cambio significativo en la forma en que se manejan los gastos obligatorios y podría marcar la historia fiscal del país.
La iniciativa incluye propuestas que suman hasta 1.7 billones de dólares en ahorros obligatorios, un logro que no se veía desde los años 90. Dan Bishop, vicepresidente del OMB y conocido defensor de la responsabilidad fiscal, ha expresado su entusiasmo por esta propuesta, señalando que las oportunidades para implementar recortes sustanciales en el gasto eran escasas durante su tiempo en el Congreso.
Entre las reformas más significativas que presenta el «One Big Beautiful Bill» se encuentran modificaciones permanentes a programas esenciales como Medicaid y los cupones de alimentos, que buscan eliminar la inclusión de inmigrantes ilegales en las listas de beneficiarios. Además, se prevé reducir el financiamiento del gobierno para procedimientos médicos de cambio de sexo, lo que se traduce en un potencial ahorro de cientos de miles de millones de dólares para los contribuyentes.
Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar. Algunos cuestionan por qué esta legislación no realiza recortes aún más drásticos. En respuesta, se ha aclarado que se trata de un proyecto de reconciliación, un tipo de ley que solo permite realizar cambios en ciertos programas de gasto obligatorio, diferente de las legislaciones que manejan el financiamiento anual del funcionamiento del gobierno.
La propuesta de Trump no solo contempla estos recortes significativos en el gasto obligatorio, sino que también se proyecta que su presupuesto general sería el más sustancial en cuanto a recortes en una generación, reduciendo el gasto no relacionado con defensa en 163 mil millones de dólares, un 22% menos que los niveles actuales. Este enfoque promete generar billones en ahorros durante la próxima década, desafiando así las críticas que apuntan a la necesidad de una mayor austeridad.
Adicionalmente, la administración ha comenzado a implementar rescisiones, un mecanismo que permite cancelar fondos ya aprobados por el Congreso. En su primer lote de rescisiones, la administración Trump ha solicitado la devolución de miles de millones de dólares, apuntando a aquellos destinados a ayudas extranjeras consideradas innecesarias y aquellos que implica un gasto excesivo en redes públicas como NPR y PBS.
El impacto de estas medidas podría ser considerable en la estructura del gasto público en Estados Unidos, y aunque el futuro del «One Big Beautiful Bill» sigue en la mesa de negociaciones, sus defensores creen que representa una oportunidad histórica de hacer avanzar el control del gasto en el gobierno federal.
Fuente: WhiteHouse.gov
