En un contexto donde las promesas de crecimiento económico permanecen en la agenda política de Estados Unidos, el presidente Donald J. Trump ha defendido con vehemencia su “One Big Beautiful Bill”, propuesto como una solución integral para mejorar la trayectoria fiscal del país. Según Trump, esta ley representa una oportunidad sin precedentes para estimular la economía a través de ahorros significativos.
A pesar de las críticas que sugieren que esta legislación incrementa el gasto público, la administración ha emitido contundentes aclaraciones. Entre los argumentos más destacados se encuentra la afirmación de que el proyecto generará cerca de $1.7 billones en ahorros obligatorios, una cifra que, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), es correcta. Este monto es considerado el nivel más alto de ahorros obligatorios registrado, superando reducciones de presupuestos anteriores en 2005, 1997, 1993 y 1990, ajustado a la inflación.
Los defensores de la ley subrayan que estos ahorros son transformaciones permanentes en la legislación, garantizando beneficios a largo plazo. Además, destacan que el «One Big Beautiful Bill» se clasifica como una ley de reconciliación, lo que implica que no se pueden incluir recortes de gasto en la mayoría de las operaciones gubernamentales, los cuales se abordarán en legislaciones futuras.
Otra crítica persiste en torno a la supuesta adición al déficit nacional. Trump y su administración han refutado esta noción, argumentando que las proyecciones que sugieren un incremento en los déficits se basan en la errónea presunción de que los recortes de impuestos de 2017 expire. Por el contrario, al extender las tasas impositivas actuales, se argumenta que no se impactará el déficit. Un aspecto a resaltar es que, según el CBO, la implementación de aranceles por parte de la administración Trump podría reducir el déficit en $2.8 billones en la próxima década.
No obstante, los ahorros de $1.7 billones se verán en parte contrarrestados por gastos únicos destinados a la seguridad fronteriza y ciertos recortes de impuestos, lo que ajustaría la reducción neta del déficit a aproximadamente $1.407 billones. La administración afirma que, a través de aumentos en las tarifas, recortes de gasto discrecional y la reversión de regulaciones implementadas durante el gobierno de Biden, se prevé una reducción del déficit de al menos $6.6 billones en la próxima década.
Este debate sobre el “One Big Beautiful Bill” pone de relieve la polarización en el discurso político estadounidense, donde cada facción busca interpretar los datos económicos en favor de su agenda. En este caso, el futuro inmediato del proyecto de ley y su efectividad en la economía del país quedará a la vista mientras se implementan sus disposiciones.
Fuente: WhiteHouse.gov
