La justicia de Milán destapa redes de explotación laboral en talleres de marcas como Dior y Armani
La policía de Milán ha llevado a cabo redadas para desactivar redes de explotación laboral que operaban en talleres de marcas de lujo como Dior y Armani. Los trabajadores esclavos, en su mayoría inmigrantes chinos, fabricaban bolsos en condiciones deplorables en Italia, según la investigación de los carabineros.
Los datos revelados por la investigación indican que un bolso de Dior fabricado en estas condiciones cuesta 53 dólares, mientras que su precio de venta oscila entre 2.600 y 2.780 euros. Por otro lado, un bolso de Armani cuesta 93 dólares producirlo y se vende a 1.800 euros. Muchos de los trabajadores afectados no tenían permiso laboral y recibían entre 2 y 3 euros por jornada de trabajo.
Investigaciones en curso y declaraciones de las marcas implicadas
La fiscalía de la región lombarda tiene abiertas tres líneas de investigación y ha enviado patrullas de los carabineros a inspeccionar todos los talleres que trabajan para Dior y Armani. La Fiscalía de Milán ha instado a las marcas a cuestionarse por qué les cuesta tan poco producir sus productos.
Armani ha emitido un comunicado afirmando que solo dos de sus 40 proveedores están implicados en esta red y que “aplica controles y prevención para evitar abusos en su cadena de suministro”. Además, han asegurado estar colaborando con la justicia. Sin embargo, la investigación revela una realidad muy diferente a la imagen de maestros artesanos en talleres de cuero, exponiendo la explotación laboral que subyace en la producción de estos productos de lujo.
Implicaciones y reacciones ante el escándalo
El descubrimiento de estas redes de explotación laboral en talleres de lujo subraya una vez más el problema de la mano de obra barata y maltratada en la industria de la moda. Este caso pone en evidencia la necesidad de mayor transparencia y responsabilidad por parte de las marcas de lujo en su cadena de suministro.
Las reacciones a este escándalo han sido de indignación y demanda de acciones concretas para proteger los derechos de los trabajadores. La presión sobre las marcas para que aseguren condiciones laborales justas y dignas en toda su cadena de producción está aumentando, y este caso podría ser un punto de inflexión en la lucha contra la explotación laboral en la industria de la moda.