Una red criminal internacional especializada en el fraude del Impuesto al Valor Agregado (IVA) ha sido desarticulada en una operación conjunta entre la Agencia Tributaria y la Policía Nacional, con la coordinación de la Fiscalía Europea (EPPO) en España. En el transcurso de la investigación, que ha culminado con el arresto de 24 individuos, se llevaron a cabo 13 registros en las localidades de Madrid, Guadalajara y Cádiz.
La operación ha requerido la movilización de más de 200 efectivos que, durante la semana, han conseguido intervenir bienes valorados en más de 4,8 millones de euros. Entre los activos incautados se encuentran propiedades inmobiliarias, vehículos de alta gama en España y una cantidad de efectivo ascendente a 135.000 euros. Además, se han confiscado numerosos documentos, dispositivos electrónicos y equipos informáticos.
La operación también ha implicado el bloqueo de cientos de cuentas bancarias, no solo en España, sino también en otras naciones europeas como Bélgica, Lituania y Rumanía. Se han extendido medidas de aseguramiento e investigación en países de América Latina, a donde se rastreaban ramificaciones del grupo criminal.
La investigación, descrita por la autoridad policial como compleja, ha revelado que desde 2021 hasta 2023, los sospechosos estructuraron diversas entidades en el ámbito tanto europeo como latinoamericano. El objetivo era canalizar adquisiciones intracomunitarias libres de IVA a favor de la sociedad principal de los implicados, usada como centro de distribución de los productos informáticos.
El fraude se ejecutaba mediante el esquema de ‘missing traders’, empresas ficticias que se esfumaban sin cumplir con las responsabilidades fiscales, mientras que otros elementos de la red reclamaban a las autoridades tributarias devoluciones de un IVA que nunca fue ingresado oficialmente.
La estrategia delictiva permitió a la empresa cabecilla distribuir bienes a precios muy inferiores a los del mercado, derivando en competencia desleal, y obteniendo significativas ventajas que les permitían desbancar a otros competidores en el sector.
Los beneficios obtenidos ilícitamente a través de la estructura, aparentemente dirigida por testaferros, se destinaban principalmente a la adquisición de bienes raíces. La figura central de las investigaciones es un individuo con extenso historial delictivo, en cuya residencia se encontraron, además de 85.000 euros en efectivo y relojes de lujo, una colección de reptiles y especies exóticas.
La operación representa un golpe significativo al fraude fiscal y a la delincuencia organizada transnacional, enviando un mensaje claro sobre el compromiso de las autoridades en la lucha contra este tipo de crimen económico.