A principios de junio, Francia se encontraba en el epicentro de un cambio político signficativo cuando el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), bajo el liderazgo de Marine Le Pen, emergió victorioso en las elecciones europeas, asegurando el 31,36% de los votos y 30 escaños. Este evento sin precedentes impulsó al presidente Emmanuel Macron a tomar una decisión drástica: la disolución de la Asamblea Nacional y el adelanto de las elecciones legislativas. Ahora, todas las encuestas apuntan a que la victoria de Le Pen se extenderá en estos inminentes comicios, donde se pronostica que su partido obtendrá una amplia mayoría sobre sus competidores.
Marine Le Pen, quien a sus 55 años ha sido figura central en la transformación de la extrema derecha francesa, es un nombre que resuena en el ámbito político no solo por su actual liderazgo en RN sino también por ser la hija de Jean-Marie Le Pen, fundador del controvertido y originalmente llamado Frente Nacional. Con una formación en Derecho, y tras ejercer como abogada, Marine siguó los pasos de su padre, tomando las riendas del partido en 2011 y redirigiéndolo lejos de las sombras de su pasado extremista.
El programa electoral de Le Pen parece estar cuidadosamente diseñado para atraer a las clases populares, prometiendo subvenciones para empresas que contraten a jóvenes, un aumento en las pensiones y una reducción en la edad de jubilación. En cuanto a políticas sociales, mantiene una postura de no revertir el derecho al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la reproducción asistida. Sin embargo, su plataforma destaca por una gestión más firme y restrictiva de la inmigración, limitando el acceso a ayudas sociales y a la atención médica para este grupo poblacional.
En la arena internacional, Le Pen ha mostrado abiertamente su oposición a las sanciones europeas impuestas a Rusia, manteniendo una relación cordial con Vladimir Putin. Esta postura, si bien ha sufrido ciertas modificaciones menores tras el inicio del conflicto en Ucrania, reitera su llamado a fortalecer los lazos franco-rusos. Paralelamente, la líder del RN ha expresado su firme apoyo a Israel, criticando recientemente a la Corte Internacional de Justicia por considerar el arresto del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Asimismo, su agenda sugiere una clara inclinación hacia la energía nuclear, proponiendo el desmantelamiento de los parques de energía eólica y la eliminación de sus subsidios. Frente a un escenario político nacional e internacional complejo, estas elecciones legislativas no solo definirán la composición del parlamento francés sino que podrían reorientar la política de Francia en los próximos años.
Con las urnas preparadas para este domingo 30 de junio en la primera vuelta, y el 7 de julio aguardando la segunda, Francia se encuentra en la antesala de posiblemente uno de sus cambios políticos más trascendentales en décadas. Las acciones de Macron y la creciente popularidad de Le Pen marcan el inicio de una nueva era en la política francesa, una que observa con atención a la extrema derecha y sus promesas de cambio.