Descubriendo el país con la edad mínima más baja para el consumo de alcohol: Un vistazo a las normativas más insólitas alrededor del mundo

El consumo de alcohol, una práctica tan arraigada en la historia humana como el arte de hacer fuego, ha estado siempre regulado por leyes que fluctúan considerablemente de una frontera a otra. En un mundo donde la mayoría podría asumir que la norma española de la mayoría de edad para la compra de alcohol a los 18 años es casi universal, descubrimientos recientes señalan que la regulación alrededor del globo presenta matices sorprendentemente diversos.

En el Reino Unido, específicamente en Inglaterra y Gales, la ley permite que niños tan jóvenes como de cinco años puedan consumir alcohol en espacios privados y bajo la supervisión parental. Aunque esto podría sonar alarmante a primera vista, es crucial entender que no representa un aval del gobierno hacia el consumo infantil de alcohol, sino más bien una distinción legal entre el consumo personal y la adquisición pública, donde la edad mínima se mantiene en 18 años.

Este peculiar enfoque sobre el consumo de alcohol en menores no es exclusivo de Inglaterra y Gales. Austria, Liechtenstein, y Rusia son ejemplos de naciones que permiten el consumo de bebidas alcohólicas ligeras, como cerveza y vino, a partir de los 16 años. Esta edad representa un punto de partida para la introducción a bebidas menos potentes, poniendo un umbral más adulto, 18 años, para las bebidas destiladas.

Chipre y Malta optan por un término medio, estableciendo los 17 años como la edad legal mínima para el consumo de alcohol. Estas naciones reflejan la variedad de consideraciones culturales y sociales que influyen en la legislación sobre el alcohol.

La norma de los 18 años como edad mínima se encuentra en más de 50 países, incluyendo lugares tan diversos como México, Australia, y la India. Esta medida parece basarse en investigaciones sobre el desarrollo cerebral, sugiriendo una mayor capacidada de toma de decisiones entre los jóvenes adultos.

Por otro lado, Estados Unidos y una catorcena de países han optado por el límite de los 21 años, una postura motivada por la preocupación sobre el impacto del alcohol en el cerebro adolescente y los riesgos sociales derivados de su consumo temprano.

Curiosamente, en 117 países no existe una edad legal mínima específica para el consumo de alcohol en privado. Naciones como Francia, Argentina, y China, aunque regulan estrictamente la venta de alcohol a menores, no tienen leyes que prohíban el consumo entre menores en entornos controlados familiarmente.

Este variopinto marco legal refleja la diversidad global de enfoques hacia la regulación del consumo de alcohol. Mientras algunas naciones imponen estrictas leyes para salvaguardar a los jóvenes, otras confían en la educación familiar y la responsabilidad social como principales métodos de control. Esta diversidad subraya la importancia del contexto cultural, social y legal en la formación de políticas públicas efectivas sobre el alcohol.

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