Los cinco españoles encargados de elegir al nuevo Papa tienen en sus manos una de las decisiones más trascendentales para el futuro de la Iglesia Católica: elegir al sucesor de Francisco I. Con la muerte del pontífice argentino, se activa el proceso del cónclave y, con él, el protagonismo del reducido grupo de purpurados con derecho a voto, entre los que figuran cinco representantes de España.
Solo los menores de 80 años pueden participar en la votación secreta que se realiza en la Capilla Sixtina. De los 13 cardenales españoles, únicamente cinco cumplen este requisito: Juan José Omella, Carlos Osoro, Antonio Cañizares, Ángel Fernández Artime y José Cobo Cano. Todos ellos han tenido vínculos estrechos con el ya fallecido papa y representan sensibilidades distintas dentro de la Iglesia.
Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, es uno de los nombres más conocidos. Reformista y cercano al espíritu aperturista de Francisco I, fue presidente de la Conferencia Episcopal Española y tuvo un papel clave en momentos tensos como el proceso independentista catalán. Omella es uno de los más veteranos, aunque él mismo ha descartado cualquier ambición: «Yo no me veo», ha dicho con rotundidad.
Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid, también se ha caracterizado por su sintonía con el pontífice fallecido. A sus 79 años, su ventana para participar como elector se cierra en mayo, cuando cumplirá los 80. Si el cónclave no se adelanta, perderá automáticamente su derecho a voto y también quedará fuera de la lista de posibles candidatos a Papa.
Antonio Cañizares fue arzobispo de Valencia y ocupó cargos de relevancia en la curia vaticana. Aunque también tiene 79 años, mantiene su plaza como elector por ahora. Fue nombrado cardenal por Benedicto XVI y ha tenido un perfil más conservador, aunque siempre ha mantenido un fuerte peso en la Conferencia Episcopal Española.
Ángel Fernández Artime, el más internacional de los cinco, es salesiano, asturiano y actualmente ocupa un puesto clave en el Vaticano: es el proprefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada. Nacido en 1960 y con una trayectoria dedicada a los jóvenes y a los más necesitados, fue nombrado cardenal en 2023 y representa una opción de continuidad con el legado pastoral de Francisco.
José Cobo Cano es el más joven del grupo. Con 59 años, fue designado arzobispo de Madrid en 2023 y cardenal poco después. Tiene un perfil moderno, sin renunciar a las raíces tradicionales del catolicismo español. Desde marzo de este año, ejerce como vicepresidente de la Conferencia Episcopal, lo que lo sitúa en el centro de la estructura eclesiástica nacional.
Además de estos cinco, hay otros cardenales nacidos en España que también podrían participar, aunque el Vaticano los considera representantes de otros países. Cristóbal López Romero, nacionalizado paraguayo, y François-Xavier Bustillo, francoespañol, forman parte de esta categoría. Ambos tienen derecho a voto y podrían tener voz en la elección papal.
La elección del nuevo pontífice será una prueba de fuego para el Colegio Cardenalicio. Con 252 miembros, solo 120 podrán votar en este cónclave. Las sesiones se desarrollarán con absoluto aislamiento, sin contacto con el exterior, y con un objetivo: que la decisión se tome en libertad, oración y reflexión. El mundo esperará a ver el humo blanco. Y entre los que lo provoquen, habrá cinco españoles.
