Descubre el consumo de tu horno eléctrico y consejos para ahorrar energía

El horno es un electrodoméstico versátil que permite realizar una amplia gama de tareas culinarias como cocer, hornear, calentar o asar. Sin embargo, existe una percepción generalizada de que su uso incrementa considerablemente la factura de la luz, lo que ha generado dudas sobre su eficiencia energética. En respuesta a esta preocupación, recientes estudios han arrojado luz sobre el consumo real de los hornos eléctricos, especialmente a una temperatura estándar de 200 grados, que es la más común en las recetas de cocina.

Un horno eléctrico de baja potencia o eficiente, puede alcanzar los 180 grados con un consumo de 850 Wh, aproximándose a 1 kWh para lograr la temperatura de 200 grados deseada, dependiendo del modelo y eficiencia del aparato. Es esencial considerar la potencia y eficiencia del horno, ya que estos pueden variar de 2000 a 5000 W. Además, el tiempo de uso es un factor crucial en el cálculo del consumo energético. Para una cocción promedio de media hora, el consumo se sitúa en torno a los 500 W por receta.

El costo de este consumo se refleja directamente en la factura de la luz, y dependiendo de las tarifas aplicables—que pueden variar por discriminación horaria u otros descuentos—utilizar el horno durante media hora podría costar aproximadamente 0,075 euros, asumiendo un costo de 0,15 € por kWh. Anualmente, se estima que un horno consume alrededor de 231 kWh, lo que equivale a 34,65 euros al año bajo la misma tarifa.

Por otro lado, la popularidad de las freidoras de aire ha crecido como alternativa a los hornos tradicionales, debido a su menor tamaño, facilidad de limpieza y bajo consumo. A pesar de que las freidoras de aire tienen un consumo promedio de 700 W, pueden variar hasta 2000 W en otros modelos. Estos electrodomésticos, al tener un espacio más reducido y eficiente en términos de pérdida de calor, tienden a ser más económicos en términos de consumo energético en comparación con los hornos. No obstante, debido a su tamaño limitado, puede ser necesario usar la freidora varias veces para cocinar porciones más grandes de alimentos, lo cual puede incrementar el consumo total de energía.

La recomendación para los consumidores es considerar tener ambos electrodomésticos en casa, utilizando la freidora de aire para preparaciones de menor tamaño, lo que resulta en un menor consumo de energía y una mejor retención del calor. Para comidas más grandes, el horno ofrece la ventaja de cocinar en una sola tanda. Esta estrategia no solo puede optimizar el uso de la energía en la cocina, sino también adaptarse a las necesidades culinarias específicas de cada preparación.

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