Descubre el Big Five: Los Países que Disfrutan de un Pase Directo a la Final de Eurovisión

El Festival de Eurovisión 2025 promete ser uno de los eventos más vibrantes en la historia moderna de la competencia, trayendo consigo no solo talento y espectáculo, sino también polémicas y debates que son ya una constante en este certamen. Un punto focal de las discusiones es la participación de Israel, un país cuya inclusión siempre genera expectación y, en ocasiones, controversia debido a los diversos filtros políticos y culturales que atraviesa Eurovisión. Este año, el país vuelve a ser parte del concurso, integrando así el mosaico de culturas y sonidos que caracteriza al evento.

El interés nacional se centra en la representante de España, Melody, oriunda de un pintoresco pueblo andaluz que sin duda se convertirá en foco de atención para muchos. «Esa Diva», el tema con el que competirá, ya ha generado expectativas y promete elevar el nombre de España en la escena musical europea. El municipio que vio nacer a Melody se prepara no solo para ser referencia turística, sino también cultural, esperando una ola de visitantes interesados en descubrir más sobre la localidad que inspiró a la artista.

Este año, el festival se celebra en la ciudad suiza de Basilea, un escenario que sin duda agregará al atractivo del evento. Entre los detalles organizativos, resalta la presencia asegurada en la final de los llamados «Big Five» o «Grandes cinco» –España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido–, un privilegio que despierta debate entre los seguidores del certamen. Esta exclusividad, resultado de un sistema instaurado para proteger la estabilidad financiera del festival, garantiza a estos países un pase directo a la final sin necesidad de pasar por las semifinales.

La razón detrás de este beneficio se remonta a 1996, cuando Alemania, uno de los principales contribuyentes a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), quedó fuera de la final, suscitando un problema económico que llevó a la creación de esta regla. Aunque este sistema asegura la participación de los países que más invierten en el festival, no está exento de críticas, con algunos argumentando que otorga una ventaja injusta sobre el resto de participantes.

A pesar de esta prerrogativa, el éxito no siempre acompaña a los países del Big Five, lo cual evidencia que la garantía de participación en la final no es sinónimo de triunfo. Este aspecto subraya la competitividad y diversidad de Eurovisión, donde cada año artistas de toda Europa y más allá se congregan para compartir su música, sus historias y su cultura, en una celebración que trasciende fronteras y polémicas.

En un giro inesperado este año, un fallo técnico afectó profundamente la actuación de la anfitriona, Suiza, marcando uno de los momentos más dramáticos del festival. Incidentes como este son un recordatorio de los desafíos técnicos y la presión que caracterizan a Eurovisión, un evento que, a pesar de las adversidades, sigue uniendo a millones de personas en torno a la pasión por la música.

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