En un contexto de significativa reducción en los cruces ilegales a través de la frontera, el Departamento de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. ha anunciado la desmantelación de una instalación de «procesamiento de migrantes» de mantenimiento blando en el Sector de San Diego. Esta decisión se produce tras una asombrosa disminución de más del 96% en los cruces ilegales en esa área.
La disminución de los cruces se ha visto acompañada por el fortalecimiento de las medidas de control en la frontera, las cuales se encuentran en consonancia con los esfuerzos del gobierno anterior de arrestar a inmigrantes ilegales considerados criminales en todo el país. Este endurecimiento de las políticas migratorias ha llevado a un aumento en las detenciones de individuos con antecedentes criminales graves.
Entre los casos recientes, se destacan varias detenciones realizadas durante el pasado fin de semana que han elevado la preocupación en torno a la seguridad pública. Kevin Estuarde Hernandez, un joven guatemalteco de 18 años, fue arrestado en Boston como sospechoso de pertenecer a la pandilla 18th Street, implicada en un tiroteo entre su grupo y MS-13. En otro caso, Jose Antonio Deras, un salvadoreño de 45 años, fue capturado en Denver con cargos pendientes que incluyen cuatro felonías de agresión sexual contra un menor, a pesar de haber recibido una orden de deportación en 2009.
También se reportó la detención de Eduardo Sanchez-Hernandez, un mexicano de 32 años, por cargos de agresión sexual a un menor de 13 años, y Litzy Janel Saavedra, un mexicano de 26 años, con una condena previa por violación en tercer grado. Otros arrestos notables incluyen a Carlos Torres Valdovinos, de 46 años, también de México, condenado por copulación oral de un menor y a Jose Barrios-Bello, de 35 años, con antecedentes por distribución de metanfetaminas y múltiples deportaciones previas. Misael Delgado-Carlos, de 35 años, detenido en Houston, también tiene un historial de agresión agravada y fue previamente removido del país.
Esta serie de arrestos y la drástica disminución en los cruces ilegales subrayan la complejidad del debate migratorio en EE.UU., donde la seguridad y los derechos de los inmigrantes a menudo se encuentran en tensiones opuestas. Con la desmantelación de la instalación de procesamiento en San Diego y la intensificación de las medidas de seguridad, se plantean preguntas sobre el futuro de la política migratoria en el país y su enfoque hacia aquellos que buscan cruzar la frontera.
Fuente: WhiteHouse.gov