Durante los nueve primeros meses de 2023, Castilla-La Mancha ha registrado un descenso significativo en el número de nacimientos, conforme a las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE). La región ha experimentado un decrecimiento del 10,5% en la tasa de natalidad en comparación con el mismo periodo de 2022, contabilizando 9.765 alumbramientos frente a los 10.911 del año precedente.
La tendencia observada en Castilla-La Mancha es un reflejo de la situación nacional. España también ha visto reducido su número de nacimientos en los primeros nueve meses del año, alcanzando una cifra de 238.766, lo que representa un decrecimiento del 2,5% respecto al mismo periodo del año anterior. El continuo descenso de los nacimientos confirma la pronunciada disminución en la natalidad del país, que podría registrar un nuevo mínimo histórico en 2023, tras haber alcanzado el bajón más acusado desde 1941 en el año anterior con 329.251 nacimientos.
Los datos son alarmantes y evidencian una tendencia persistente a la baja. Desde 2017, España ha experimentado una reducción de más de 52.000 nacimientos en los primeros nueve meses del año, con una serie consecutiva de 23 meses sin superar los 30.000 nacimientos mensuales, una cifra que no se alcanza desde octubre de 2021.
El saldo vegetativo, definido como la diferencia entre los nacimientos y defunciones, de España continúa en números rojos por sexto año consecutivo, habiendo registrado un saldo negativo de 133.250 personas en 2022. Este fenómeno se refleja no solo en la disminución del número de nacimientos, sino también en un incremento del 3,0% en el número de defunciones.
Los factores demográficos subyacentes incluyen la reducción del número de mujeres en edad fértil (25 a 40 años), y una notable caída del 27,6% en los nacimientos desde 2012, afectados también por una tendencia mundial a la postergación de la maternidad. De hecho, la edad media a la maternidad en 2022 se mantuvo en 32,6 años y el porcentaje de nacimientos de madres de 40 años o más ha aumentado considerablemente en la última década.
En lo que respecta a la fecundidad, España ha experimentado un descenso en el número medio de hijos por mujer, situándose en 1,16 en 2022, la cifra más baja desde 1999. Este descenso ha sido generalizado, aunque las madres españolas registraron un promedio de 1,12 hijos, por debajo del 1,35 de las madres extranjeras.
Sin embargo, pese a estos datos, la esperanza de vida al nacimiento en España ha mostrado una ligera mejoría, aumentando hasta los 83,08 años en 2022, con variaciones entre hombres y mujeres. Los hombres experimentaron un incremento en su esperanza de vida, mientras que para las mujeres se registró un leve descenso.
Para el cierre del año, se aprecia una disminución en el número de defunciones en comparación con 2022, cifra que es la más baja desde 2019 para el período de tiempo correspondiente.
En conclusión, los indicadores demográficos de España presentan un desafiante panorama caracterizado por una sostenida disminución en la tasa de natalidad y un envejecimiento de la población, desafíos que deberán ser abordados desde múltiples perspectivas sociales, económicas y políticas para asegurar un equilibrio y sostenibilidad demográfica a futuro.
