El Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló este miércoles que Castilla-La Mancha experimentó una considerable disminución en el número de ejecuciones hipotecarias sobre viviendas durante el año 2023, registrando un total de 521, lo que representa un 25,1% menos que el año anterior, cuando se contabilizaron 696 casos.
Del total de ejecuciones en la región durante 2023, 75 correspondieron a viviendas de nueva construcción y 446 a viviendas usadas. En términos de titularidad, la mayoría fueron contra personas físicas, sumando un total de 460 ejecuciones, mientras que las restantes 61 ejecuciones hipotecarias se llevaron a cabo sobre personas jurídicas.
A nivel nacional, Andalucía encabezó la lista de ejecuciones sobre viviendas durante el último año, seguida de cerca por Cataluña, que registró 2.713 casos y la Comunidad Valenciana con 2.503 ejecuciones. Por el contrario, las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, junto con comunidades como Navarra, Cantabria y La Rioja, presentaron las cifras más bajas en el país, con 3, 7, 55, 88 y 98 ejecuciones, respectivamente.
En cuanto al panorama nacional, se observó un total de 9.248 ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales en 2023, marcando un descenso del 21% en comparación con el año 2022 y convirtiéndose en la cifra más reducida desde el año 2020. Este declive es significativamente mayor que la disminución del 3,7% registrada en 2022, continuando la tendencia a la baja después de los incrementos de 60,3% y 41,6% observados en 2021 y 2020, respectivamente.
Respecto al último trimestre de 2023, se produjeron 2.287 ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales, lo que supone un aumento del 32,9% con respecto al trimestre anterior, aunque refleja un notable descenso del 24,8% en comparación con el mismo período del año 2022.
Cabe destacar que la función de la estadística proporcionada por el INE es mostrar trimestralmente las cifras de certificaciones de ejecuciones hipotecarias que se inician e inscriben en los Registros de la Propiedad. Desde el INE se recuerda que no todas las ejecuciones hipotecarias culminan con el desalojo de los propietarios de las viviendas afectadas.