En un movimiento destinado a consolidar la posición de Estados Unidos como líder en la tecnología de naves no tripuladas, se ha emitido una nueva orden ejecutiva que busca acelerar la comercialización y regulación de los sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS), comúnmente conocidos como drones. Esta directiva, emitida desde la Casa Blanca, establece un marco claro para integrar estos dispositivos en el sistema nacional de espacio aéreo y fomentar su utilización en diversas industrias.

El documento enfatiza que los drones están transformando sectores enteros, desde la logística hasta la agricultura de precisión, así como la respuesta a emergencias. La orden reconoce el potencial de las tecnologías emergentes, como las aeronaves de despegue y aterrizaje vertical eléctrico (eVTOL), para revolucionar el transporte y la entrega de carga en el futuro inmediato.

Dentro de su estructura, la orden comienza delineando la necesidad de acelerar la integración segura de los drones en el espacio aéreo nacional. A tal efecto, se señala la importancia de realizar pruebas y habilitar operaciones rutinarias, así como de aumentar la producción nacional y expandir la exportación de tecnologías de drones fabricadas en Estados Unidos hacia mercados internacionales. Esto no solo busca promover la competitividad, sino también reducir la dependencia de fuentes extranjeras.

Para implementar estos objetivos, la orden establece varios plazos. Por ejemplo, se exige que en un plazo de 30 días, el secretario de Transporte y el administrador de la Administración Federal de Aviación (FAA) propongan normas para operaciones más allá de la línea de visión (BVLOS por sus siglas en inglés), una enmienda que podría facilitar usos comerciales significativos de los drones. Asimismo, se prevé la creación de un programa piloto de integración para aeronaves eVTOL, con la expectativa de que estas nuevas tecnologías comiencen a operar en el corto plazo.

Otro mandato crucial es la creación de un marco que priorice el uso de drones fabricados en Estados Unidos sobre aquellos importados, asegurando que el país mantenga el control sobre su cadena de suministro. Esto incluye abordar riesgos asociados a entidades extranjeras que podrían influir indebidamente en la seguridad nacional de la tecnología de drones.

Además, la orden establece claras directrices para promover la exportación de estos sistemas a socios extranjeros que no sean considerados adversarios y que no representen un riesgo potencial para la seguridad. A través de un enfoque proactivo, se espera que estas medidas reflejan no solo la intención de fomentar un sector industrial robusto y autónomo, sino también garantizar que las capacidades tecnológicas de Estados Unidos sigan siendo competitivas a nivel global.

En el ámbito de defensa, la orden enfatiza que el Departamento de Defensa debe garantizar la adquisición y entrenamiento con drones de bajo costo, pero de alto rendimiento, producidos localmente. Se busca así optimizar la eficiencia y la letalidad de las operaciones militares mediante la integración de estas tecnologías.

A medida que Estados Unidos se embarca en esta nueva fase de desarrollo y regulación de drones, la administración espera que este enfoque integral no solo impulse el crecimiento económico y la innovación en diversas industrias, sino que también mantenga al país en la vanguardia de la tecnología aeronáutica a nivel global. Esta iniciativa representa un paso significativo hacia el futuro de la aviación y la movilidad aérea avanzada, configurando un nuevo panorama para la tecnología de drones en el país.

Fuente: WhiteHouse.gov

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