La Guardia Civil ha llevado a cabo un importante golpe al narcotráfico con la operación ‘Aparcero’, logrando desarticular una avanzada red de producción y distribución de marihuana radicada en la provincia de Cuenca, precisamente en la localidad de Iniesta, y con ramificaciones en toda Europa.
A través de una investigación que comenzó en noviembre del pasado año, tras recibir información sobre la actividad sospechosa en una nave de Iniesta, la operación culminó recientemente con la detención de quince individuos de distintas nacionalidades en Cuenca, Valencia, Córdoba, Granada y Málaga. Los detenidos enfrentan serios cargos por delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y tenencia ilícita de armas.
Mari Luz Fernández, subdelegada del Gobierno de España en Cuenca, junto a María Jesús Pascual, jefa de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca, y Aarón Navas, capitán de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, han destacado la envergadura y sofisticación de la red criminal, que tenía su centro neurálgico en territorio conquense. Durante la operación, las autoridades se incautaron de 78 kilos de marihuana, 2.079 plantas de cannabis sativa, más de 500.000 euros en efectivo, varios vehículos, una pistola y documentación relevante para la investigación. La mercancía aprehendida hubiera tenido un valor aproximado de 60.000 euros en las calles.
En un verdadero esfuerzo colaborativo, se contó con el apoyo de Interpol y Europol, así como la cooperación policial internacional de países como Serbia, Alemania, Portugal, Francia y Paraguay.
Los detalles proveídos por las autoridades indican que los responsables del cultivo empleaban técnicas altamente especializadas para evitar la detección, incluidos generadores eléctricos alimentados por gasóleo suministrado desde afuera de la provincia para eludir el seguimiento del consumo de energía, así como un circuito cerrado de televisión para el monitoreo remoto y en tiempo real de las actividades de la plantación.
La infraestructura desmantelada, valorada en más de medio millón de euros, estaba meticulosamente diseñada con habitáculos específicos para fases de crecimiento de las plantas, sistemas de erradicación de olores, renovadores de CO2 para el crecimiento acelerado del cultivo y hasta métodos de prevención de plagas mediante luz ultravioleta.
Según se desprende de la información suministrada, los líderes de la organización residirían en Levante y la Costa del Sol y muchos de sus miembros viajaban a España solo para realizar tareas especializadas, antes de distribuir la droga principalmente por carretera a distintas partes del continente europeo.
El capitán Navas ha emitido una promesa firme por parte de la Guardia Civil: «La Guardia Civil trabajará para que Cuenca no se convierta en la maceta de Europa», asegurando el compromiso continuado en la lucha contra el narcotráfico en la región.
