Con el desenlace de su primera temporada en Televisión Española acercándose, el programa La revuelta se prepara para dar la bienvenida a uno de sus primeros y memorables invitados. El próximo jueves 10 de julio, el escenario se llenará de expectación con la presencia de Juan José Millás, quien ya había cautivado a la audiencia en su anterior participación junto a Juan Luis Arsuaga. Esta vez, la conversación girará en torno a su reciente obra, La muerte contada por un sapiens a un neandertal, cuyas reflexiones no dejarán indiferente a nadie.
La última emisión en la que Millás formó parte logró un notable éxito de audiencia, congregando a 2.548.000 espectadores y alcanzando un 19,9% de cuota de pantalla. «Vine en el tercer programa y fue el más visto de la historia del programa. Hoy vengo con la esperanza de que sea el menos visto”, bromeó al entrar, reconociendo su peculiar fascinación por la simetría.
Sin embargo, la competencia es feroz. Las ediciones posteriores, que contaron con Raúl Cimas, Irene Escolar y Elisabet Casanovas, superaron ese récord, registrando más de 2.600.000 espectadores. Aunque Millás tiene la medalla de oro del programa, el interés de la audiencia parece no haber disminuido; más bien, se intensifica.
Durante la entrevista, el autor se adentra en el análisis de dos temas recurrentes en el programa: sexo y dinero. Con su aguda inteligencia, Millás subraya la profunda carga simbólica de ambas cuestiones, invitando a la reflexión. “No sabemos de qué hablamos cuando hablamos de dinero, ni cuando hablamos de sexo”, asegura, reconociendo la complejidad detrás de estos aspectos de la vida humana.
En un toque de humor, también expresa su desconcierto por el tratamiento que recibe el onanismo en el programa. “No entiendo por qué devaluáis el onanismo. Estáis contribuyendo a que las pajas parezcan de segunda clase. Y no lo son”, manifiesta, ante la defensa de Broncano. Este intercambio pone de manifiesto la esencia de La revuelta: no solo un programa de entretenimiento, sino un espacio para cuestionar y desmitificar pautas culturales.
Millás continúa con su análisis, elogiando la diversidad que presenta el programa. “Esto es España. Es que lo tenéis todo ahí: el del pelo morado, el del piercing, el churrero, el abogado… Sois un reflejo perfecto del país». Reconoce que, en ocasiones, cuando las preguntas complicadas surgen, prefiere cambiar de canal. “Me produce una violencia tremenda”, sostiene, consciente del pudor asociado a ciertas temáticas.
La revuelta sigue marcando un ritmo característico, combinando la reflexión, la risa y, sobre todo, una mirada crítica que invita a la audiencia a no solo observar, sino a pensar. Con cada invitado, el programa no solo crece en cifra de espectadores, sino que también lo hace en profundidad y relevancia.