La Fundación Franz Weber ha solicitado este jueves que se impida la presencia de menores de edad en varios eventos taurinos programados en Villacañas para este fin de semana, algunos de los cuales permiten el acceso gratuito a niños y niñas de entre 0 y 8 años.
La organización argumenta que estas actividades van en contra de las recomendaciones emitidas por el Comité de los Derechos del Niño. Además, alertan sobre el consumo habitual de alcohol en estos espacios públicos, en un momento en que el debate social sobre este tema está más presente que nunca y en paralelo a la tramitación de un Anteproyecto de Ley del Ministerio de Sanidad que aborda esta problemática.
Así, recuerdan que en 2018 el Comité pidió al Estado español evitar la participación o presencia de niños y adolescentes en la tauromaquia, con un texto muy claro al respecto:
“Para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros, el Comité recomienda que el Estado parte prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia.”
En agosto del pasado año el organismo de expertas y expertos de Naciones Unidas incluyó una referencia en el Comentario General nº 26, en su apartado G) sobre el “Derecho a no sufrir ningún tipo de violencia”:
“Los niños deben ser protegidos de todas las formas de violencia física y psicológica y de la exposición a la violencia, como la violencia doméstica o la infligida a los animales.”
Las peticiones tienen un encaje evidente en la exposición a la violencia que sufren niños, niñas y adolescentes, tanto en formato de participación directa como en la asistencia de espectadores.
FFW lamenta que el Ayuntamiento de Villacañas ignore de forma deliberada el consenso internacional y científico alrededor de la exposición a la violencia y posibilite que niñas y niños de muy corta edad entren a estos actos de carácter taurino. El consistorio avalaría una becerrada, una bueyada infantil y una corrida de toros.
Científicos alertan sobre estas prácticas.
Diferentes especialistas han advertido acerca de la exposición de las personas menores de edad a contenidos violentos, comprobando alteraciones en su comportamiento y midiendo diferentes niveles de agresividad y ansiedad posterior.
Además del evidente riesgo de que el niño sufra angustia e incluso efectos traumáticos originados por la exposición de escenas de agresiones violentas hacia humanos y animales, la exposición a la violencia en la infancia puede contribuir a la normalización de la violencia y fomentar actitudes de aceptación de la agresión.