Denuncian el abandono total del punto limpio de Campillo de Altobuey

Ecologistas en Acción de la Manchuela Cuenca y Albacete ha presentado una denuncia ante la Consejería de Desarrollo Sostenible por la acumulación descontrolada de residuos en el punto limpio de Campillo de Altobuey, un municipio de Cuenca.

El abandono del punto limpio es evidente desde hace años. Las puertas de acceso han sido arrancadas, y tanto dentro como fuera de las instalaciones se acumulan diversos tipos de residuos sin ningún tipo de control. Entre estos se encuentran residuos de construcción y demolición (RCD), electrodomésticos, muebles, colchones, chatarra de varios metales, textiles, envases de plástico, vidrio y cartón, polímeros expandidos, e incluso posibles residuos peligrosos que resultan difíciles de identificar debido al desorden generalizado y el caos en los contenedores y suelos.

La falta de un cerramiento adecuado convierte esta situación en un peligro no solo para el medio ambiente, sino también para la salud pública, ya que tanto animales como personas pueden acceder sin restricciones a residuos potencialmente peligrosos.

Un punto limpio convertido en vertedero incontrolado

Según la web de la Junta de Castilla-La Mancha un punto limpio fijo es “una instalación cerrada y controlada, cuya titularidad corresponde a una entidad local, en la que el usuario deposita los residuos separados para facilitar su recuperación, reciclado o eliminación posterior”. La misma web del gobierno regional asegura que este punto limpio presta servicio con el horario jueves y sabados de 11.00 a 13.00 h.

A la vista de su estado de abandono, en este punto limpio se ha dejado de prestar servicio desde hace años y no se realiza ninguna gestión para retirar los residuos ni tampoco una separación que permita una gestión específica de cada tipo de residuo según la normativa, por ello, encajaría en la denominación de vertedero incontrolado.

Inversión de 3,2 millones de euros en 2010

El punto limpio de Campillo de Altobuey se construyó dentro del plan lanzado en 2010 por la Diputación de Cuenca para crear puntos limpios en varias localidades de la provincia. En este plan se invirtieron 3,2 millones, el 70% de los cuales se financiaron con fondos FEDER de la Unión Europea. En la presentación de este plan se mencionaban los beneficios de estas instalaciones: “se ha creado una red de puntos limpios para toda la provincia de Cuenca que asegurarán un medio ambiente seguro y saludable en la zona, manteniendo y garantizando la preservación de los entornos naturales de la provincia, así como el bienestar de todos sus habitantes”. Además, las estimaciones iniciales preveían que este plan supusiera la creación de unos 40 puestos de trabajo asociados a los puntos limpios. 

No se trata de un caso aislado

Según Ecologistas en Acción, la gestión de los puntos limpios deja bastante que desear al no existir una conciencia clara de su importancia y al no dedicarles esfuerzo e inversión los ayuntamientos, mereciendo la denominación más realista de «puntos sucios». Ya en 2017, España, fue condenada por el Tribunal de Justicia de la UE por no eliminar 61 vertederos ilegales, 5 de ellos en Castilla-La Mancha.

El caso de Campillo de Altobuey ejemplifica esta dejación de funciones. Se da la circunstancia que su alcalde, Francisco López, es a la vez vicepresidente primero de la Diputación Provincial de Cuenca, administración encargada de la recogida de los residuos de los puntos limpios tal y como aparece en su página web: “Si bien la gestión de los puntos limpios de residuos es competencia de los Ayuntamientos, la mayoría tiene delegada la recogida de contenedores y tratamiento de determinados residuos en la Diputación Provincial”. Para los ecologistas se aplica perfectamente el refrán “en casa del herrero, cuchillo de palo”. Sostienen que “Campillo tiene recursos suficientes para gestionar correctamente su punto limpio al contar con ingresos elevados, debido a que en su término municipal hay ubicados más de 100 aerogeneradores”.

Para la agrupación ecologista el punto limpio de Campillo es un ejemplo más de dinero público malgastado: De nada sirve la inversión inicial en construir puntos limpios si luego los ayuntamientos no dedican parte del presupuesto a mantenerlos.

Y reclaman a las administraciones competentes “que de una vez por todas se solucione esta ilegalidad, se atiendan los puntos limpios por personal cualificado, se informe a la población de cómo y dónde tiene que depositar los residuos y se clausuren y restauren ambientalmente los vertederos incontrolados».

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