Denuncia de ONG revela masacre de 428 civiles por fuerzas del nuevo gobierno en el bastión de Al Asad

En un reciente giro de violencia que ha sacudido las costas de Siria, más de 420 civiles han sido reportados muertos, con la mayoría perteneciente a la minoría alauita. Estos fallecimientos han ocurrido en medio de enfrentamientos entre fuerzas de seguridad de la flamante administración de Damasco y afines al depuesto presidente Bachar al Asad, según ha informado un comunicado del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Desde el pasado jueves, cuando los choques armados iniciaron, se han contabilizado un total de 428 bajas civiles. Las muertes se han distribuido mayoritariamente en las provincias de Latakia y Tartús, que no sólo constituyen los antiguos bastiones de la familia Al Asad sino que también representan el núcleo de la comunidad alauita, a la cual pertenecía el exmandatario sirio.

El Observatorio, que opera desde el Reino Unido y cuenta con una vasta red de colaboradores en terreno sirio, también ha registrado más de 200 combatientes fallecidos, situando el total de víctimas mortales en más de 630 en apenas tres días de enfrentamientos. Esta cifra incluye tanto a efectivos de las nuevas fuerzas de seguridad como a miembros de los grupos leales al derrocado Asad.

Además, el informe denuncia ejecuciones sumarias perpetradas por los nuevos cuerpos de seguridad y sus aliados, instando a la comunidad internacional a tomar acciones inmediatas. La ONG hace un llamado a la movilización de equipos internacionales especializados que documenten las graves violaciones a los derechos humanos y las afectaciones a civiles, entre los que se cuentan mujeres y niños.

En respuesta a las críticas y acusaciones, la nueva administración siria, sin admitir explícitamente su responsabilidad en estos actos violentos, ha declarado su intención de proceder legalmente contra aquellos individuos dentro de sus filas que hayan cometido «excesos» o «actos de venganza» contra la población durante las acciones militares.

Los enfrentamientos estallaron después de un ataque lanzado por insurgentes alauitas contra las fuerzas de seguridad en la localidad de Jableh, en la provincia de Latakia. Esto marcó el comienzo de la oleada de violencia más aguda que el país ha vivido desde la caída de Al Asad el pasado 8 de diciembre.

Cabe destacar que las nuevas fuerzas sirias están compuestas significativamente por excombatientes de Hayat Tahrir al Sham (HTS), una alianza islamista que disolvió y que fue clave en la ofensiva contra Al Asad. Esta agrupación tiene sus orígenes en el Frente Al Nusra, que fue la filial de Al Qaeda en Siria.

La comunidad internacional observa con atención el desenlace de estos trágicos eventos, esperando acciones concretas que promuevan la rendición de cuentas y la restauración de la paz en la nación devastada por la guerra.

Scroll al inicio
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.