Desde el pasado 16 de septiembre, las tardes de La 1 de Televisión Española han tomado un nuevo sabor con la emisión de «El gran premio de la cocina», un concurso culinario que ha atrapado la atención de los espectadores de lunes a viernes a las 14:10 horas. En este innovador formato, dos equipos se enfrentan en una batalla culinaria donde el tiempo y la creatividad son sus principales aliados y enemigos. Cada equipo debe completar dos platos, el primero en apenas 20 minutos y el segundo en 35, poniendo a prueba su habilidad y sincronía bajo la presión del reloj.
Lydia Bosch, una figura emblemática del entretenimiento español, ha regresado a la pantalla chica para liderar este frenético show junto a Germán González, que se estrena como copresentador. La dupla se complementa a la perfección, tejiendo entretenimiento y tensión a lo largo de cada episodio. Juzgando las creaciones culinarias están Marta Verona y Javi Estévez, dos profesionales de la cocina cuya rigurosidad garantiza la calidad del concurso. En cada entrega, se suma un invitado famoso que contribuye con su punto de vista y añade un toque extra de emoción y diversidad al show.
Recientemente, RTVE ha abierto sus puertas a Diario de TV, permitiendo que un grupo selecto de periodistas, incluido un servidor, experimentase el frenesí y la adrenalina de participar en «El gran premio de la cocina». Este especial ofreció una perspectiva única, al enfrentarse al desafío de cocinar en tiempo real, bajo las mismas condiciones que los concursantes regulares del programa.
El viaje comenzó en Torrespaña, desde donde nos dirigimos hacia Villaviciosa de Odón, donde se encuentra el estudio. Al llegar, el equipo de Boxfish TV nos recibió con entusiasmo, listos para transmitirnos su pasión y dedicación por este proyecto. La calidez y cariño de Lydia y Germán nos hicieron sentir parte de una gran familia desde el primer momento. Su profesionalismo y cercanía son, sin duda, parte del éxito del concurso.
Me incorporé al equipo verde, junto a compañeros de profesión que compartían un objetivo común: crear los mejores platos posibles bajo la presión del tiempo. A pesar de mis escasas habilidades culinarias, el espíritu de equipo y la dirección del capitán nos impulsaron a dar lo mejor de nosotros mismos, olvidando incluso las cámaras que documentaban cada paso nuestro.
La experiencia culinaria fue más que un desafío; fue una oportunidad para entender la complejidad y el dinamismo de un programa de televisión en vivo. La participación en este especial reveló el trabajo en equipo, la creatividad y el esfuerzo constante que requiere poner en marcha «El gran premio de la cocina».
La tarde en el estudio pasó volando entre risas, nervios y alguna que otra chapuza culinaria. Aunque no puedo desvelar el resultado final (les invito a ver el episodio completo en RTVE Play), puedo asegurar que fue una experiencia inolvidable, que me permitió apreciar aún más el trabajo detrás de las cámaras y el talento frente a ellas.
«El gran premio de la cocina» ha demostrado ser más que un concurso culinario: es una celebración de la gastronomía, el compañerismo y el entretenimiento. Con cada episodio, Lydia Bosch, Germán González y todo el equipo detrás del show están definiendo un nuevo estándar en el género de concursos culinarios en España.
