Deja el amor en ‘First Dates’: La sorpresa de la soltera que se marcha dejando al chico plantado

En un episodio que prometía ser el escenario ideal para dar una segunda oportunidad al amor, el programa de citas First Dates se transformó en un campo de batalla emocional entre Llemel y Jonh. Ambos solteros se encontraron nuevamente en un ambiente que debería ser propicio para el romance, pero lo que sucedió frente a las cámaras fue todo lo contrario.

Llemel, un joven asesor estético de 24 años, se sentó nervioso en su mesa, atento a la llegada de su cita. Lo que no esperaba era que la fusión del pasado y el presente se materializara en un viejo conocido al que, aparentemente, había decidido bloquear en su teléfono móvil. Al verlo, no pudo evitar su desalojo emocional: «¡Dios, esto no puede ser!», exclamó, dejando claro que las cosas no pintarían bien.

Jonh, por su parte, hizo un chiste para romper el hiel: «¡No había gente, eh! Me he quedado tiesa como un ajo.» Sin embargo, la broma no logró aliviar la tensión que envolvía el restaurante de Cuatro. Las camareras y hasta el presentador intentaron mediar en una reconciliación, convencidos de que tal vez era el destino brindando una nueva oportunidad. Pero esa esperanza se desvaneció rápidamente, y lo que quedó fue un intercambio de reproches y antiguas rencillas.

Ambos solteros comenzaron a despotricar sobre su historia, una enemistad que había nacido en una noche de fiesta y que culminó en una relación llena de malentendidos. Acusaciones sobre «más músculo que cerebro» y comparaciones poco halagadoras pronto llenaron el aire, cada palabra agudizando la herida antigua. En el clímax de la bronca, una de las camareras preguntó ingenuamente cómo se conocieron, lo que llevó a Llemel a abandonar la mesa en un arranque de indignación.

La situación se tornó insostenible cuando Jonh mencionó un incidente que dejó claro que no había intención de suavizar las cosas. «No me llevaste a mi casa», dijo, sugiriendo una posible coacción en la cita anterior. Llemel, al escuchar esto, sintió que cruzaron una línea. «Por ahí sí que no voy a pasar. No aguanto maleducados,» espetó, y se levantó con prisa, dejando a Jonh solo y perplejo.

Al final, lo que comenzó como una cita con la esperanza de un nuevo comienzo terminó siendo un recordatorio doloroso de que algunas heridas son difíciles de sanar, sobre todo cuando el pasado no está dispuesto a dar un paso atrás.

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