En una medida sin precedentes, el gobierno italiano liderado por Giorgia Meloni ha optado por una estrategia de combate militar en su lucha contra la creciente epidemia de peste porcina africana, atribuida a la sobrepoblación de jabalíes en el país. Casi doscientos soldados armados serán desplegados en distintas regiones para contener el avance de esta enfermedad, que amenaza no sólamente la salud pública, sino también una de las industrias emblemáticas de Italia: la producción de prosciutto.
La proliferación descontrolada de estos cerdos salvajes, ahora marcados como los principales vectores de la enfermedad, ha colocado a las granjas y a la industria porcina en una situación de emergencia. El país transalpino, conocido mundialmente por su exquisita gastronomía y en especial por el prosciutto, enfrenta un potencial desastre económico. Según estimaciones de Coldiretti, la principal asociación de agricultores de Italia, y datos del Instituto de Estadística italiano, el daño potencial debido a restricciones en la exportación de productos derivados del cerdo podría ascender a los 2,32 mil millones de euros.
La legislación de emergencia propuesta por el Ejecutivo incluye el despliegue de un contingente de 177 soldados que durante el próximo año efectuarán patrullajes y tareas de «bio-regulación», término oficial que refiere a la caza de jabalíes con el objetivo de disminuir su población. Esta medida se toma en consideración a la alarmante cifra de 2,3 millones de jabalíes que vagan sin control por el territorio nacional, facilitando la propagación del virus y devastando cultivos.
Además de sus tareas primordiales, estos militares también tendrán responsabilidades asociadas a la seguridad pública. Podrán detener e identificar a personas para prevenir actos que comprometan la seguridad en las áreas afectadas por la pandemia de jabalíes, aunque no tendrán competencias como policía judicial para llevar a cabo investigaciones o denuncias posteriores. Los costos asociados a este considerable despliegue serán cubiertos por el Comisariado Extraordinario, quien también se hará cargo de compensaciones por servicios extraordinarios.
Este enfoque agresivo señala el nivel de desesperación y la urgencia de la situación, dada la importancia económica y cultural del sector afectado. La presencia de jabalíes en áreas urbanizadas de Italia, incluida Roma, no es un fenómeno nuevo, siendo frecuentes las incursiones de estos animales en parques y calles, atraídos por los desechos alimenticios debido a una gestión deficiente de las basuras.
Italia se enfrenta a uno de sus mayores desafíos en términos de salud pública y conservación de su patrimonio gastronómico, en un esfuerzo por equilibrar las medidas de control animal con la protección de su industria agropecuaria y la seguridad de sus ciudadanos. El tiempo dirá si la decisión de militarizar la lucha contra la peste porcina africana es efectiva o si, por el contrario, es necesario reevaluar las estrategias de gestión de vida silvestre y enfermedades zoonóticas en el contexto de una ecología y una economía global cambiante.