Decretan encarcelamiento preventivo al primogénito de la princesa Mette-Marit por acusación de violación

En un giro sorprendente en la crónica judicial de Noruega, Marius Borg Hoiby, el hijo mayor de la princesa Mette-Marit, ha sido puesto en prisión preventiva este miércoles. La orden judicial se produce tras las investigaciones policiales que lo implican en una presunta segunda violación. El Tribunal de Distrito de Oslo ha dictaminado que Hoiby permanezca bajo custodia durante una semana, a pesar de la solicitud inicial de la Policía noruega, que proponía un periodo de dos semanas.

El caso ha capturado la atención pública, especialmente después de que el abogado de la Policía, Andreas Kruszewski, expusiera detalles perturbadores sobre los cargos. Según se informa, Hoiby está acusado de haber mantenido relaciones sexuales sin consentimiento con una mujer, lo que añade una capa de gravedad al asunto. El joven de 27 años ha negado rotundamente estos hechos.

Los cargos en su contra no se limitan únicamente a estas preocupantes acusaciones de abuso sexual. Hoiby también enfrenta acusaciones por supuestamente aprovechar a una persona inconsciente o incapaz de resistirse con fines sexuales, infringir una orden de alejamiento y conducir sin el permiso adecuado. Esto pinta un cuadro complejo de los presuntos delitos cometidos por el hijo de la futura reina de Noruega.

Además, este caso no es el primero en el que Hoiby se ve envuelto en la polémica. Los investigadores llevaron a cabo un registro en la casa del acusado y lo detuvieron el martes en Frogner, Oslo, acompañado de su exnovia, quien ya había estado vinculada a un incidente que resultó en la detención de Hoiby en agosto. En aquel entonces, fue acusado de lesiones, daños y amenazas en un caso que más tarde se expandió para incluir a dos de sus anteriores parejas y a otra persona.

La situación ha generado una considerable preocupación dentro de la familia real. El príncipe Hakkon, heredero al trono y esposo de la princesa Mette-Marit, ha catalogado las acusaciones contra su hijo como «graves» y ha expresado su apoyo a las posibles víctimas. El príncipe también ha hecho un llamado a permitir que la Policía y el sistema judicial lleven a cabo su trabajo sin interferencias.

Este caso resalta las crecientes preocupaciones sobre el comportamiento del miembro de la familia real y plantea preguntas sobre cómo afectará esto a la imagen de la monarquía noruega. A medida que la investigación continúa, Noruega y el mundo esperan respuestas y, lo más importante, justicia para las presuntas víctimas.

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