La Dirección General de Turismo, Comercio y Artesanía ha reconocido la Fiesta de San Antón de Gálvez, en la provincia de Toledo, como Fiesta de Interés Turístico Regional. Esta distinción fue anunciada en la resolución publicada el miércoles en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM), según informa Europa Press. La festividad tiene lugar anualmente en la localidad y atrae a numerosos visitantes.
Las celebraciones comienzan en la víspera de San Antón, el 16 de enero, con el encendido de hogueras en las calles del pueblo al atardecer. Estas hogueras se mantienen encendidas hasta el día siguiente, como explica el Ayuntamiento de Gálvez en su página web. Además, es costumbre que los vecinos se disfracen con ropas viejas y cencerros, lo que le da un aire de carnaval anticipado a la celebración.
Los orígenes de esta festividad se remontan a crónicas medievales, donde los campesinos encendían hogueras en la noche del 16 de enero como símbolo de purificación de sus animales. En aquellos tiempos, se disfrazaban para «correr San Antón», utilizando cencerros característicos del ganado y untándose los rostros con corchos quemados, como un reflejo de la peste que acechaba.
Hoy en día, la tradición se mantiene viva con el encendido de las hogueras, que continúa siendo un momento clave de la festividad. Los vecinos se agrupan alrededor de las llamas para compartir charlas y comidas típicas, como puches —un dulce de harina y anís preparado en la hoguera—, la Herradura de San Antón, que se asemeja al roscón de reyes, migas y productos de la matanza. El Ayuntamiento también colabora en la festividad, obsequiando a cada hoguera con una Herradura de San Antón y churros.
En los días previos a la celebración, los gálvezos se dedican a recoger leña y materiales para alimentar las hogueras, alcanzando un consumo de aproximadamente 500.000 kilos de leña en solo dos días.
El día de San Antón, se realiza una misa en honor al Santo, durante la cual se bendicen a los animales. Esta ceremonia culmina con una procesión por las distintas calles del pueblo, que incluye caballos y los animales que han recibido la bendición, siguiendo así la tradición de los primeros tiempos de esta festividad.
