Los Gobiernos de Estados Unidos y de la República Popular de China han suscrito un acuerdo en un contexto crítico para su relación económica y comercial, que han reconocido como fundamental tanto para sus respectivas economías como para el escenario global. Este compromiso, desarrollado tras una reciente reunión en Ginebra, refleja la voluntad de ambas naciones de mantener un diálogo fluido y constructivo en un entorno de cooperación y respeto mutuo.
Ambas partes han expresado su interés en establecer un marco sostenible y beneficioso a largo plazo para sus relaciones comerciales. Como resultado de las discusiones, se han acordado medidas que deberán implementarse antes del 14 de mayo de 2025. Una de las acciones más destacadas se refiere a la modificación de los aranceles adicionales aplicados a las mercancías de cada país. Estados Unidos suspenderá temporalmente 24 puntos porcentuales de la tasa adicional prevista en el Orden Ejecutivo 14257, manteniendo un arancel del 10% sobre determinados artículos procedentes de China. Por su parte, China adoptará medidas equivalentes, ajustando su propia política arancelaria sobre productos estadounidenses.
Además de los ajustes arancelarios, se contempla la eliminación de todas las contramedidas no arancelarias impuestas por China desde el 2 de abril de 2025. Este enfoque busca aliviar tensiones y sentar las bases para un diálogo más constructivo. La iniciativa también prevé la creación de un mecanismo para futuras conversaciones sobre temas económicos y comerciales, con representantes de alto nivel de ambas naciones, incluyendo al Vice Primer Ministro chino, He Lifeng, y funcionarios clave del Tesoro y Comercio de Estados Unidos.
Los encuentros en el marco de este nuevo acuerdo se llevarán a cabo alternadamente en China, Estados Unidos o un tercer país acordado por ambas partes, lo que abre la puerta a un intercambio continuo y a un entendimiento más profundo entre las economías más grandes del mundo.
Este movimiento se produce en un momento en que las relaciones entre ambos países han sido más tensas, y muchos observadores internacionales consideran que este tipo de iniciativas son cruciales no solo para ambas naciones, sino también para la estabilidad y el crecimiento del sistema económico global. La voluntad de dialogar y encontrar un terreno común podría ser un paso clave hacia la resiliencia económica en una época de desafíos globales.
Fuente: WhiteHouse.gov
