En un paso significativo hacia el fortalecimiento de sus lazos económicos, Estados Unidos y Camboya han anunciado un Acuerdo de Comercio Recíproco que promete abrir nuevas puertas para los exportadores de ambos países. Este acuerdo no solo busca profundizar la relación comercial existente, sino que también tiene el potencial de beneficiar a las economías locales de cada nación.
La esencia de este acuerdo radica en el compromiso de Camboya de eliminar aranceles sobre el 100 por ciento de los productos industriales y alimentarios provenientes de Estados Unidos. Esta decisión, ya en vigor, marca un hito importante en el intercambio comercial entre las dos naciones, estableciendo un camino más claro y directo para los productos estadounidenses en el mercado camboyano.
Por su parte, Estados Unidos también asegura reciprocidad. Mantendrá un arancel del 19 por ciento sobre ciertos productos de origen camboyano, mientras que identificará otros productos específicos que beneficiarán de aranceles del 0 por ciento. Esta dinámica busca fomentar un equilibrio que permita tanto a los productores estadounidenses como camboyanos aprovechar las ventajas de un mercado más abierto.
Además de los aspectos arancelarios, el acuerdo aborda barreras no arancelarias que dificultan el comercio bilateral. Hay un enfoque particular en agilizar requisitos regulatorios y reconocer medidas sanitarias y fitosanitarias de Estados Unidos, lo que facilitará aún más la entrada de productos agrícolas en Camboya.
Un aspecto fundamental del acuerdo es el compromiso de Camboya de proteger derechos laborales reconocidos internacionalmente y de prohibir la importación de bienes producidos mediante trabajo forzado. Estas medidas reflejan una tendencia más amplia hacia prácticas comerciales responsables y éticas, que son cada vez más valoradas en el ámbito internacional.
Asimismo, el acuerdo subraya la importancia de la protección del medio ambiente y el compromiso de Camboya de hacer cumplir sus leyes ecológicas, abordando cuestiones como la tala ilegal y la pesca no regulada, lo que subraya el deseo de ambas naciones de avanzar hacia un comercio más sostenible.
El Acuerdo también incluye disposiciones sobre comercio digital, inversión y propiedad intelectual, lo que sugiere una visión a largo plazo que va más allá de la simple reducción de aranceles. Se establece una colaboración más estrecha en temas de seguridad económica y nacional, garantizando que ambos países puedan trabajar juntos para abordar desafíos comunes.
En un vistazo hacia el futuro, las empresas de ambos países están tomando nota de este marco, como lo demuestra el compromiso de Air Cambodia de colaborar con Boeing, un paso que podría impulsar significativamente el desarrollo del ecosistema de aviación en Camboya.
A medida que ambos países se preparan para formalizar este acuerdo en las próximas semanas, las expectativas son altas. Los detalles que se delineen no solo tendrán un impacto en el comercio bilateral, sino que también podrían ser un modelo para futuras relaciones comerciales en la región y más allá.
Fuente: WhiteHouse.gov















