La carencia de viviendas destinadas al alquiler y alto precio y nivel de exigencias que se pide por ellas de acuerdo a una ciudad como Guadalajara ha llevado a que cada vez haya más personas, especialmente los colectivos más vulnerables, se vean obligadas a recurrir al alquiler de habitaciones o pisos compartidos.
Así lo ha puesto de manifiesto el concejal de Bienestar Social, Ignacio de la Iglesia a Europa Press, preocupado por el problema que genera para muchas personas, especialmente los colectivos más vulnerables, la falta de pisos para alquilar, pese a que hay muchas viviendas vacías, y el hecho de que las que hay disponibles, en general, tengan precios son «altísimos».
Lo que, a su juicio, está motivando a que cada vez sea algo más común tener que optar al habitaciones, con un precio medio de 350 euros, «porque la gente no puede permitir otra cosa».
Pero para De la Iglesia, el otro problema que acucia hoy a muchas personas a la hora de alquilar un piso es que los arrendadores marcan exigencias muy altas. «Muchas veces no encontramos viviendas para meter a algunas personas que la necesitan y hay que recurrir al alquiler de habitaciones», ha afirmado, tras recordar el convenio de 30.000 euros que el Ayuntamiento tiene suscrito con GuadaAcoge para ayudar en el pago de estos gastos.
Pero al margen de las ayudas para el pago de la vivienda, desde el actual equipo de Gobierno se ha pasado de los 43.500 euros destinados en 2028 –con el anterior equipo de Gobierno– a la emergencia social a los 116.000 en 2019, triplicándose también el número de usuarios; una cifra que ha llegado en la actualidad hasta los 469.000 euros y hasta unas 650 personas.
Aunque, si bien se han incrementado las ayudas y los usuarios, De la Iglesia lo atribuye no a que haya más necesidades sino a que ellos han modificaciones de las reglas para la tramitación de las mismas. «Antes era prácticamente imposible acceder a ellas» pese a tener necesidad.
«Hemos ido incrementado las ayudas para todo, también para apoyar al Tercer Sector», ha señalado, pasando en este caso de 135.000 euros en 2018 a los 431.000 este año.
«Al alcalde le preocupa mucho el tejido asociativo de Guadalajara», ha dicho, aludiendo a como están reforzando el apoyo vía convenios, destinando una inversión muy superior a la que se empleaba antes de su llegada.
«Este ayuntamiento está haciendo cambios drásticos en la gestión para evitar generar guetos. Invertir en lo social es invertir en la sociedad y que esta sea más próspera», ha subrayado.
Para De la Iglesia está claro que hay que trabajar, sobre todo, en la prevención, porque «estar en riesgo de exclusión no es estar en exclusión aún. Cualquier persona puede ser un usuario de ellos en un momento determinado», ha abundado.
Se siente especialmente satisfecho del paso adelante que han dado con el programa ‘Avanza’, destinado al apoyo a la escolarización de niños de etnia gitana y a sus padres y que lleva a cabo el Ayuntamiento en colaboración con la Junta de Comunidades y el Fondo Social Europeo.
Trabajan con los padres por la mañana y con los niños en horario de tarde, y si bien antes solo se llevaba a cabo varios meses al año, ahora han dado un salto cualitativo y hay un seguimiento durante todo el año del alumnado, declara De la Iglesia.
En cuanto al área de Mayores, si bien se ha duplicado el presupuesto, «toda ayuda es poca», ha abundado el edil, para quien se trata de un área «que aún debería crecer más».
Por último, De la Iglesia ha puesto en valor el trabajo de los educadores y trabajadores sociales y el de los auxiliares de Ayuda a Domicilio, a lo que cree que no les ha valorado suficientemente durante la pandemia. «Ha sido un colectivo que no ha parado, que sufrió un desgaste muy grande y hay que reconocerles su trabajo», ha subrayado.