El 26 de julio marcó un antes y un después para los fans de la icónica telenovela colombiana «Yo soy Betty, la fea» con el estreno de los episodios 3 y 4 de «Betty la fea, la historia continúa» en Prime Video. Este revival promete no solo evocar la nostalgia de quienes siguieron la historia de Beatriz Pinzón Solano hace dos décadas, sino también capturar el corazón de nuevas generaciones con una trama que incorpora tanto al elenco original como a caras nuevas.
Entre las nuevas adiciones destaca Zharick León, ampliamente conocida en España por su rol de Rosario Montes en «Pasión de gavilanes». Desde Bogotá, León compartió su entusiasmo por integrarse a este proyecto, expresando la «felicidad» y «dicha» que significa para ella formar parte de una historia que, según sus palabras, «se quedó atascada en los corazones de todo el mundo». La actriz, que tuvo la oportunidad de hacer casting para «Betty la fea» hace 23 años, ve su participación en esta secuela como una oportunidad redentora, a pesar de no haber sido elegida en su momento.
La nueva serie llega con un giro dramático: una muerte en Ecomoda serve como catalizador para que Betty se vea obligada a reencontrarse con sus antiguos compañeros de trabajo y con Armando, su jefe y amor con quien, a pesar de estar separados, sigue casada. Este reencuentro también involucra a su hija, Mila, quien tras estudiar moda en Nueva York, regresa con aspitraciones de trabajar en el taller de Hugo. La trama promete desenvolver las complicadas relaciones personales de Betty mientras toma decisiones cruciales que definirán su futuro.
Este lanzamiento representa más que una continuación de una historia de televisión adorada; es también un comentario sobre la evolución de los ideales de belleza y la importancia de la autenticidad sobre la apariencia. Como destaca Zharick León, «Betty nos enseñó a todos que la verdadera belleza radica en el valor de ser tú mismo». Con una mezcla de caras conocidas y nuevas, «Betty la fea, la historia continúa» promete hacer honor a su legado, explorando temas de amor, autoaceptación y la valentía de enfrentar un mundo que a menudo prioriza la superficie sobre la sustancia.
