Anoche, el programa televisivo «La revuelta» se convirtió en el centro de una discusión peculiar y reveladora sobre una de las tendencias más destacadas en TikTok: el uso del recurso POV (punto de vista) en los vídeos compartidos en esta plataforma. Jorge Ponce, conocido por su humor ácido y su formación en Comunicación Audiovisual, fue el encargado de desgranar este fenómeno ante los telespectadores.
Durante su intervención, Ponce explicó que el término POV se refiere a una técnica cinematográfica en la que la cámara adopta la perspectiva de uno de los personajes, mostrando las imágenes tal como las ve este. Para ilustrar su explicación, el cómico malagueño recurrió a una escena de la icónica película «Tiburón» de Stephen Spielberg, un ejemplo claro de cómo se utiliza correctamente este recurso.
Sin embargo, el humorista no tardó en señalar un uso incorrecto y, en muchos casos, absurdo del término POV en TikTok. Citó varios ejemplos en los que los creadores de contenido no respetaban la verdadera esencia de esta técnica. Uno de los vídeos mencionados, que captó especialmente la atención del público, mostraba a un joven fingiendo afeitar el vello púbico de un amigo, sin adoptar un verdadero punto de vista.
La emisión de este vídeo en la televisión pública, que fue inevitablemente pixelada para cumplir con las normas de emisión, suscitó humor y controversia a partes iguales. Jorge Ponce, adelantándose a la reacción de los presentes, aseguró que, a pesar de la polémica, el contenido no era de índole sexual, sino simplemente «alguien afeitando huevos». Esta situación llevó a David Broncano, presentador del programa, a cuestionarse si se trataba de la primera vez en los 80 años de historia de TVE que se mostraban testículos siendo afeitados, un hecho sin duda innovador y atrevido para la cadena.
Más allá de la anécdota, el debate planteado en «La revuelta» refleja la continua evolución de los medios de comunicación y cómo el contenido generado por los usuarios en plataformas como TikTok influye y desafía a los medios tradicionales. La decisión de llevar este contenido al programa no solo destaca la voluntad de explorar y discutir las nuevas tendencias digitales, sino también de empujar los límites de lo que es aceptable en la televisión pública.
El incidente generó diversos comentarios entre el público, tanto en el estudio como en casa, y aunque la imagen tuvo que ser retirada rápidamente del aire por petición de Broncano, especialmente por la presencia de una anciana en el teatro, el equipo de «La revuelta» logró su objetivo de provocar una conversación sobre los límites de la creatividad en internet y su recepción en la televisión convencional. Este episodio ejemplifica cómo programas como «La revuelta» tratan de adaptarse y comentar los rápidos cambios en la cultura digital, manteniendo un diálogo abierto con su audiencia sobre qué significa innovar en el entretenimiento televisivo.