El partido entre Valencia y Athletic en Mestalla quedó marcado por una jugada polémica que terminó con la expulsión de Dani Vivian, central rojiblanco, en el minuto 60. La acción, inicialmente sancionada con amarilla, fue revisada por el VAR y acabó en roja directa por una entrada sobre Santamaría. La decisión encendió los ánimos en el césped, el banquillo y la grada, dividiendo opiniones y reabriendo el debate sobre el uso de la tecnología arbitral en LaLiga.
Vivian, visiblemente enfadado al abandonar el terreno de juego, no dudó en denunciar la situación: “No es ni falta, es una vergüenza”. Sus declaraciones reflejan el malestar general en el vestuario del Athletic, que sintió que la sanción condicionó el desarrollo de un partido que estaba siendo equilibrado hasta ese momento.
Una acción polémica que desató el caos en Mestalla y dejó al Athletic con diez
La entrada de Vivian sobre Santamaría se produjo en un contragolpe del Valencia. Aunque la jugada parecía destinada a resolverse con una tarjeta amarilla, la revisión del VAR cambió el curso del encuentro. El colegiado, tras observar las imágenes, mostró la roja directa al central bilbaíno, desatando una ola de protestas. José Gayá, capitán che, vio la amarilla por sus airadas quejas, mientras el resto de jugadores pedían explicaciones en vano.
El enfado en la grada también fue mayúsculo. Una parte del estadio aplaudió la decisión, mientras otra la consideró desproporcionada, comparándola con otras acciones similares que no se habían castigado con la misma severidad. El recuerdo de la expulsión de Huijsen contra la Real Sociedad volvió a ponerse sobre la mesa como precedente reciente.
El Athletic, entre la indignación y el temor a nuevas sanciones
La expulsión no solo dejó al equipo de Valverde en inferioridad durante los últimos 30 minutos, sino que podría tener consecuencias mayores si Competición decide ampliar la sanción. En Bilbao, la indignación es evidente: la plantilla y la afición consideran que el VAR se está utilizando de manera excesiva y desigual.
Para Vivian, la roja supone un golpe personal, ya que estaba firmando un inicio de temporada sólido como referente en la defensa rojiblanca. El propio jugador quiso mandar un mensaje de unión pese a su enfado: “Seguiré trabajando para ayudar al equipo en cuanto vuelva, pero hoy se ha cometido una injusticia”.
