En una reciente y emotiva aparición en el programa «Lo de Évole», de La Sexta, Dani Martín compartió abiertamente sus pensamientos y experiencias, resonando fuertemente entre el público y sus seguidores. El artista, conocido por haber liderado «El Canto del Loco», un grupo que marcó una época en la música española, habló con sinceridad sobre los altibajos que trajo consigo el éxito, incluido el encuentro con sus propios demonios y el aprendizaje de vivir de su pasión de manera equilibrada.
Durante el reportaje, Martín no escatimó en detalles, recordando desde su primera nómina de 85.000 pesetas hasta aquellos momentos de euforia en los que, en el auge de su carrera, se permitió cumplir sueños materiales como el de adquirir su coche favorito. Pero también tocó temas más profundos, como la búsqueda constante de éxito que, en sus palabras, puede convertirse en una especie de adicción.
El intercambio más significativo de la noche llegó, quizás, cuando Évole cuestionó al cantante sobre su perspectiva acerca de pagar impuestos, especialmente considerando los altos ingresos que los artistas de su calibre suelen tener. La respuesta de Martín fue clara y firme: para él, ser patriótico y mostrar amor por España significa cumplir con sus obligaciones fiscales sin excusas, lo que en sus propias palabras implica «llevar todos los deberes hechos y que nadie pueda decirme nada».
Esta declaración espontánea de responsabilidad fiscal llega en un momento en el que el debate sobre la tributación de los youtubers y otros influencers que eligen Andorra por sus bajos impuestos se ha intensificado. Martín criticó esta tendencia, señalando que aquellos que más banderas levantan son a veces los mismos que evaden sus responsabilidades con el país.
«Esto no significa ser bueno, sino ser justo», declaró Martín, subrayando la importancia de contribuir donde corresponde, especialmente cuando se ha beneficiado tanto del propio país. La declaración final del cantante sobre aquellos que llevan su riqueza fuera de España fue contundente y refleja su claro desacuerdo con tales prácticas.
La aparición de Dani Martín en «Lo de Évole» se ha convertido en un momento de reflexión no solo sobre su carrera y su música, sino también sobre el significado de la responsabilidad social y fiscal de figuras públicas. Sus declaraciones no solo ofrecen una mirada introspectiva hacia su propia vida, sino que también plantean preguntas importantes sobre la ética y la contribución solidaria en el mundo del entretenimiento y más allá.