El Ministerio de Cultura ha concretado un paso histórico al liberar el inventario de 5.126 piezas confiscadas durante la Guerra Civil y el período franquista, encontrándose en Museos Estatales, y de esta forma facilitar a posibles herederos y familiares la posibilidad de reclamar su devolución.
En una declaración reciente, Ernest Urtasun, el titular de Cultura, comunicó que se trata de una iniciativa que lleva gestándose desde el comienzo de la legislatura. Ahora, gracias a un dictamen jurídico emitido por la Abogacía del Estado, se han definido pautas que posibilitarán la restitución de los bienes por medios civiles, aún en espera del desarrollo normativo que complemente la existente Ley de Memoria Democrática.
El exhaustivo inventario ya se puede examinar en el sitio web del Ministerio de Cultura. Se tiene conocimiento de ciertas obras como las pertenecientes a la colección Weissberger en el Museo de Artes Decorativas y una valiosa acuarela de Sorolla en el Museo Sorolla, si bien la mayoría de los objetos incluyen elementos ornamentales, vajillas y piezas de cerámica, entre otros.
Tras la publicación de este catálogo, el ministerio abordará «caso por caso» las reclamaciones que vayan llegando, según indica Urtasun, quienes ya han comenzado a recibir algunas. El propósito clave ha sido identificar dichos ítems para posteriormente evaluar la disposición de estos bienes. Además, el funcionario sugirió que en los museos implicados se podría informar acerca del origen de estas piezas.
Una pieza clave para el tratamiento de estas restituciones resulta ser el informe de la Abogacía del Estado, adelantando a Cultura como la primera entidad del gobierno en emprender medidas alineadas con la Ley de Memoria Democrática. El informe señala que es imperativo aclarar de forma preliminar si ha transcurrido el período de usucapión, que confiere propiedad de los bienes al Estado tras un posición continuada durante un tiempo legalmente establecido.
El documento establece un abanico de criterios de referencia a tener en cuenta ante la estimación de cada reclamo. Específicamente, sugiere que los bienes que han quedado ocultos o resguardados, y por ende, no exhibidos ni divulgados, en gran medida no cumplirían con la posesión pública requerida para la usucapión.
Nueve museos estatales han sido identificados albergando piezas derivadas de dichas confiscaciones, entre ellos el Museo del Traje en Madrid, el Museo Nacional de Cerámica en Valencia y el Museo Nacional de Escultura en Valladolid, así como una obra resguardada en la sede ministerial. Los reclamantes deben verificar la titularidad de los bienes y proporcionar una especificación detallada de los mismos.
El ministro decidió no pronunciarse sobre situaciones más particulares, como la momia guanche del Museo Arqueológico Nacional o piezas pertenecientes a Museos Nacionales como el Prado o el Thyssen. Sin embargo, enfatizó su compromiso de proceder con el mayor consenso con los afectados.
El proceso de reclamación y restitución se ve influenciado por el historial de las piezas, que fue monitoreado desde su confiscación por la Junta del Tesoro Artístico hasta su situación actual en distintas colecciones museísticas y documentación de archivo. Este inventario es el primer gran paso para remediar las secuelas de las expropiaciones que sucedieron durante un conflicto histórico y transformar la narrativa de la propiedad de la herencia cultural de España.