La emblemática Catedral de la ciudad fue el escenario de una solemne liturgia en honor al patrón de la localidad. El evento, que congregó a numerosos fieles y vecinos, contó con la presencia de la Corporación municipal, encabezada por su alcalde, Darío Dolz. Además, las celebraciones se extendieron más allá de las históricas paredes de la Catedral, llegando a la ermita de San Julián y permeando el barrio de Fuente del Oro, lugares donde los conquenses se reunieron para rendir tributo a su venerado patrón.
Este acto religioso, que se celebra cada año, es una muestra de la profunda devoción y el arraigo cultural que los habitantes tienen hacia su tradición. El alcalde Dolz, junto con otros miembros del cabildo, participaron activamente en la ceremonia, reflejando la unión entre la fe de los ciudadanos y la gestión municipal.
La cercanía de la Catedral, situada en el corazón de la ciudad, brindó el marco perfecto para el evento, arropado por el arte y la historia que caracterizan a este importante templo. Mientras tanto, la celebración en otros puntos de la ciudad como la ermita de San Julián y el barrio de Fuente del Oro demostró que la veneración a San Julián es una vivencia compartida por toda la comunidad, en diversos entornos y de distintas maneras.
Los actos conmemorativos por el día del patrón son una oportunidad para que los conquenses expresen su fe y continúen fortaleciendo los lazos que unen a la comunidad, ya sea en actos masivos dentro de majestuosas construcciones o en íntimos encuentros en ermitas y barrios. Este año, una vez más, la tradición se ha mantenido viva, reafirmando la identidad cultural y la cohesión social de la localidad.