Castilla-La Mancha se prepara para lanzar su nuevo Plan de Formación Profesional, previsto para el último trimestre del año 2024, con un alcance previsto de seis años. La directora general de Formación Profesional en el Ámbito Laboral, Marta Roldán, ha informado en una rueda de prensa que el proyecto se encuentra en fase de diseño a través del diálogo social y que contará con una notable implicación de los agentes sociales.
La Comisión Permanente de Formación Profesional, constituida por representantes destacados del ámbito social, ya ha mantenido cuatro encuentros en julio y se prevén otros cuatro para septiembre con el objetivo de ultimar el plan, que Roldán ha calificado como «el más ambicioso que ha tenido la región». El programa promete enfocarse en las necesidades de la población, asegurando una formación profesional centrada y bien coordinada que priorice tanto la metodología de enseñanza como el acceso al empleo, especialmente para aquellos colectivos con mayores dificultades para ingresar al mercado laboral.
No obstante, la directora general ha remarcado que Castilla-La Mancha aún tiene pendiente la completa adaptación de su normativa a la Ley Orgánica de Formación Profesional, la cual ha introducido diversos reales decretos que deben ser integrados por la comunidad autónoma, proceso que ya se ha completado en un 50%.
En otra línea de actuación, Roldán ha alentado a los centros de formación profesional de la región a participar en el nuevo modelo de calidad, para obtener un distintivo que acredita el cumplimiento de estándares de calidad durante dos años. Este sello no solo reconocerá la excelencia de los centros, sino que también informará a los estudiantes sobre la calidad educativa y mejorará las posibilidades de los centros en la obtención de subvenciones y participación en convocatorias.
Castilla-La Mancha apuesta por ser pionera con esta orden de calidad de formación y planea emplear un sistema que ha estado en funcionamiento por más de una década, el cual se focaliza en la planificación de procesos educativos, la implementación de programas, la verificación de los resultados y la realización de mejoras continuas.
Finalmente, Roldán destaca la introducción de una nueva línea de formación profesional muy solicitada tanto por el sector empresarial como por la ciudadanía: los oficios. Se aspira a cubrir un espectro amplio que abarca desde los relacionados con la artesanía hasta otros como fontanería, electricidad o panadería. La directora general ha subrayado la importancia de esta rama para dar respuesta a necesidades concretas en zonas rurales y orientar a personas que buscan empleo hacia estos nichos de mercado.