El debate entre Dolors Montserrat del Partido Popular (PP) y Teresa Ribera del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) prometía ser un evento crucial en las campañas para las elecciones europeas. Sin embargo, el encuentro, que se realizó el 22 de mayo en la cadena La Sexta, pasó prácticamente desapercibido para la audiencia española, registrando solamente un 3,9% de cuota de pantalla. Esta cifra lo situó como el espacio con el peor rendimiento en el prime time de ese día, incluso quedando por debajo de programas como «El Hormiguero», «Supervivientes» y «Cifras y Letras» de La 2.
El desinterés mostrado hacia este debate televisivo refleja una tendencia más amplia de apatía electoral en España, especialmente hacia los comicios europeos, caracterizados por su alta abstención. Esta realidad se inscribe en un contexto de fatiga política permanente, agravada por ciclos electorales constantes y un desencanto generalizado hacia los eslóganes y promesas de los partidos políticos.
Los eslóganes de las distintas formaciones políticas, críticos por su falta de fervor e ingenio, parecen haber sido creados sin mucho esmero, lo que posiblemente contribuyó al desinterés general. El PP con su lema «Tu voto es la respuesta», el PSOE apostando por «Más Europa», VOX con «Nos van a oír», SUMAR eligiendo «Marca el rumbo» y PODEMOS con «Así es la vida», presentaron propuestas que, según los analistas, no lograron conectar profundamente con los electores ni abordar sus preocupaciones reales.
Este desapego hacia la política europea y los mensajes de las campañas electorales presenta un desafío significativo para la democracia española y europea. Los partidos se enfrentan al reto de revitalizar su comunicación y estrategias para involucrar de manera efectiva a una ciudadanía cada vez más escéptica y cansada de la política tradicional. La reducida audiencia del único debate cara a cara de la campaña europea es un claro síntoma de la necesidad imperante de reexaminar y refrescar la manera en que la política busca conectar con los votantes.