Vicente Vallés, reconocido periodista de Antena 3, dejó una vez más su impronta en el popular programa «El Hormiguero» este 1 de octubre. En su visita, junto a Pablo Motos, ofreció un análisis pormenorizado sobre la realidad política tanto en España como a nivel global, generando un apasionante diálogo que rápidamente capturó la atención del público.
La conversación no tardó en centrarse en las recientes declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien afirmó no tener «fecha de caducidad». Motos, en un tono ligero, preguntó a Vallés si creía que el presidente realmente aguantaría en el poder. La respuesta del periodista, rápida y humorística, reveló la frecuencia con que le lanzan esta cuestión: «Todos los días», provocando risas entre los presentes.
Sin embargo, el intercambio se tornó más serio cuando Vallés planteó un tema controvertido: las «actitudes trumpistas» que, según él, se están normalizando entre los políticos occidentales. «Se han ido adoptando tácticas de comunicación y formas de hacer política propias de Donald Trump», explicó, generando un momento de reflexión en el plató.
La conversación se dirigió entonces hacia los casos de corrupción que han envuelto a figuras políticas cercanas a Sánchez. Motos cuestionó si se podría considerar normal la situación de su esposa, su hermano, y otros altos cargos como Ábalos y Cerdán. Vallés fue categórico: «Los casos de corrupción nunca deberían considerarse como normales», subrayando que la justicia tendrá la última palabra, pero que la parte ética recae sobre la sociedad.
Cuando Vallés se refirió a la ética en la política, su mensaje fue claro: la responsabilidad no debe caer únicamente en manos de los jueces, sino que los ciudadanos también deben evaluar y cuestionar las acciones de sus líderes. «Cada uno puede considerar si es ético o no determinado tipo de actuaciones», enfatizó el periodista ante la mirada atenta de Motos.
El director de «Antena 3 Noticias» concluyó su intervención con un fuerte llamado a la acción: la ética debería guiar las decisiones políticas, y cuando los comportamientos sean considerados poco éticos, deberían acarrear consecuencias políticas. Sin embargo, lamentó que este principio no siempre se cumpla en la práctica, dejando abierta una puerta a la reflexión sobre la responsabilidad de los líderes ante sus decisiones. Su visita a «El Hormiguero» dejó a los espectadores no solo entretenidos, sino también con una pregunta crucial en el aire: ¿cómo debe actuar la política frente a la ética?