Cruz Roja fomenta el aprendizaje de primeros auxilios de manera permanente

No importa la edad, tener habilidades y conocimientos de primeros auxilios ayuda a crear comunidades más seguras y saludables. Esto es lo que promueve y trabajan todas las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que este año, en el marco del Día Mundial de los Primeros Auxilios (10 de septiembre) asegura que los niños y niñas, adultos o adultos mayores deben tener acceso a una educación de calidad en primeros auxilios, un compromiso de por vida con el aprendizaje y la prestación de primeros auxilios que haga una sociedad más resiliente.

Bajo el lema ‘Aprendizaje permanente de los primeros auxilios’, Cruz Roja quiere recordar que la formación en primeros auxilios debe ser accesible para todos y todas, y para ello, empodera a su voluntariado y a la sociedad en general con las habilidades necesarias para salvar vidas.

En esta línea, en su apartado de formación abierta y gratuita de su página web dispone de un curso de formación básica en primeros auxilios que ya ha sido realizado por XXX personas. Cruz Roja es líder mundial en materia de capacitación y prestación de primeros auxilios, formando anualmente a 16 millones de personas de todo el mundo en esta materia. En España, dispone de una amplia oferta de cursos que se adaptan tanto a las necesidades de particulares como de colectivos específicos. Solo el año pasado, Cruz Roja impartió 4.000 cursos de primeros auxilios, llegando a formar a unas 80.000 personas.

Porque “cada vida cuenta” y “cada persona merece asistencia médica sin discriminación”, Cruz Roja quiere que la educación en primeros auxilios llegue a todas las personas sin importar las circunstancias personales o la edad, para que cada persona pueda hacer su entorno más seguro.

Así, desde una edad temprana, los niños y niñas deben aprender primeros auxilios básicos tales como gestos para pedir ayudar o el uso de los números de emergencia; en 9 de 10 casos, durante un accidente, la vida de un familiar es la que está en juego; menores desde la edad más temprana pueden brindar los primeros auxilios y salvar la vida de un familiar o compañero de escuela. Además, ellos y ellas en sí mismos se enfrentan a un alto riesgo de lesiones involuntarias, haciendo esencial para las personas que están a su alrededor tener la capacidad de responder a una situación de emergencia. A fin de prevenir accidentes domésticos, es importante incrementar la concientización de los niños y niñas para que puedan identificar amenazas potenciales en el ambiente que los rodea.

Por su parte, los adultos son quienes pueden actuar de manera activa a salvar una vida dentro en su entorno social.  Los que aprenden estas técnicas aumentan sus habilidades para ayudarse a sí mismos y para reaccionar rápida y correctamente en un accidente que involucre a un progenitor, un menor, un bebé o una persona desconocida. Ellos también deben ser más conscientes sobre medidas preventivas, especialmente cuando asisten a menores y ancianos.

Las personas por encima de los 65 años son el grupo más vulnerable a enfermedades y accidentes domésticos. También son más propensos a caídas y a desarrollar enfermedades cardiovasculares, y otros problemas de salud como presión arterial alta y diabetes; en un mundo donde está aumentando el envejecimiento de la población, donde las personas de 65 años en adelante representarán 1 adulto de cada 6 para 2050, es crucial la formación de más personas mayores en primeros auxilios. Las personas mayores necesitan concientizarse sobre los riesgos a los que se enfrentan. La educación en la identificación temprana de señales de una emergencia y el conocimiento en primeros auxilios pueden ayudarles a reducir el sufrimiento y salvar vidas.

La formación debe ser revisada y enriquecida con actividades adicionales para maximizar el impacto sobre la confianza para actuar de los estudiantes. Incrementar el nivel de confianza para actuar requiere esfuerzos adicionales, no solo para mantener el nivel de conocimiento de los participantes después de haber recibido su formación inicial en primeros auxilios, sino también para actualizar sus habilidades en las prácticas de primeros auxilios más recientes. Para lograr este aumento en la confianza, se necesita revisar el margen de tiempo para reactivar la memoria y los modos de aprendizaje más apropiados, y deben ser considerados el uso de aplicaciones, campañas de medios, aprendizaje presencial, eventos, actividades reflexivas y otras.

El Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja está desarrollando formación en primeros auxilios inclusiva: el 19% de las Sociedades Nacionales han brindado formación en primeros auxilios específica para personas con discapacidad; el 18% de las Sociedades Nacionales han dado formación específica en primeros auxilios para personas privadas de libertad; y el 10% de las Sociedades Nacionales brindaron formación específica en primeros auxilios para personas sin hogar.

Consejos de primeros auxilios

¿Qué hacer en caso de atragantamiento en personas adultas?

Si la obstrucción es parcial, anima a toser a la persona atragantada y sobre todo no tienes que dar golpes en la espalda.

Si la obstrucción es total, que reconocerás porque la persona atragantada no puede toser, ni hablar y su piel se vuelve de color azulado, hay que:

  1. Inclinar hacia adelante a la persona atragantada y dar 5 golpes en la espalda (a nivel interescapular), observando si el objeto es expulsado.
  2. Realizar 5 compresiones abdominales (Maniobra de Heimlich), colocar el puño de una de tus manos entre el ombligo y el tórax, y ayudado por la otra mano, presionar fuertemente hacia adentro y hacia arriba.
  3. Ir  alternando los pasos 1 y 2, hasta que el objeto se expulse.
  4. Si no se consigue expulsar el objeto y la persona cae inconsciente al suelo, llamar al 112, y seguidamente iniciar la Reanimación Cardio Pulmonar (RCP).

¿Cómo afrontar la hemorragia de una herida?

Tiende a la persona accidentada con la cabeza más baja que los pies, si las lesiones que presenta se lo permiten.

Aplica compresión directa sobre el punto sangrante utilizando un apósito lo más limpio posible (gasas, pañuelo …), durante 10 minutos.

Si la herida es grande y persiste la hemorragia, busca asistencia médica y si es necesario llama al 112.

Y con una quemadura, ¿qué hacemos?

  1. Enfría la zona de la quemadura con un chorro de agua fría y corriente (no aplicar hielo), hasta que el dolor remita o durante 15-20 minutos.
  2. Mientras estás enfriando, retira las ropas afectadas, así como todos los objetos que puedan comprimir y retener calor (anillos, pulseras, relojes, …) si no están adheridos a la piel y no precisan de maniobras complicadas.
  3. Aplica apósitos mojados (gasas o pañuelos limpios) después de haber enfriado la quemadura.
  4. Aconseja a la persona que acuda al médico, con la zona quemada siempre protegida.
  5. Controla el estado de consciencia y actuar en consecuencia.
  6. Si entra en paro respiratorio, llama al 112 e inicia el Reanimación Cardio Pulmonar.
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