El capítulo 550, que se transmitirá el martes 18 de marzo, se convertirá en el momento clave con el giro que destierran el personaje y empujan a los espectadores hasta abrir la puerta a la identidad del personaje. Una trama en la que se intuye ahora como el culpable, el sargento Burdina, decidido a resolver de una vez por todas el problema del intento de asesinato de Jana, toma una decisión drástica que pone en jaque el palacio y que mostrará cómo el personaje de Cruz figuraba como la única y principal sospechosa.
¿Cruz es la culpable? ¿Su responsabilidad queda en la vergonzosa situación de un simple engranaje de un juego de intrigas y traiciones para desestabilizar la situación del palacio? En Cruz se ha construido una figura de personajes importantes, pero también el hecho de su encierro deja ver que la mala fortuna se extiende a aquellos personajes que participan en el palacio. La trama de su encierro va avanzando, pero a su vez no deja de afectar a todos los personajes del entorno, como pueden ser su familia, el servicio, etc.
1 EL SARGENTO BURDINA, UN HOMBRE DE LEY
Fuente: RTVE
En La Promesa, el sargento Burdina ha mudado su figura a la del personaje principal. Su llegada al palacio ha hecho tambalear lo rutinario y ha dejado expuestas las debilidades y las contradicciones de los personajes protagonistas. En este episodio Burdina demuestra que no abandonará el palacio sin arrastrar consigo al culpable del intento de asesinato de Jana. La fuerza de Burdina resulta inquebrantable, una decisión que se vuelve hábil cuando manifiesta que acaba de entrar en función la detención de Cruz, la principal sospechosa.
Sin embargo, la estrategia no está libre de controversia. Aun cuando Cruz ha dejado manifiesta su animadversión por Jana, insiste en que ella es inocente, lo que plantea la pregunta: ¿Es Burdina un hombre justo o viene sometido a un juego extraño de los acontecimientos? El clima de tensión se incrementa cuando Burdina comunica sus decisiones a Alonso, quien es el marido de Cruz, pero al parecer parece dispuesto a echar una mano, aunque eso acabe significando culpar a su propia mujer.
Este es uno de los momentos más oscuros de la historia, porque deja en claro la fragilidad de las relaciones dentro del palacio y también sugiere una pregunta incómoda para los personajes: ¿Hasta qué extremo estarían dispuestos a llegar los personajes para proteger sus intereses? Además, Burdina no queda ahí; sino que su siguiente paso es ir en busca del arma blanca del crimen, algo que seguramente destapará nuevos secretos.
La búsqueda del arma no sólo es una cuestión de justicia, sino un contrarreloj para proteger a Jana que permanece en peligro mientras el autor o la autora estén libres. Este elemento añade un nivel de tensión en la trama para dejar a los espectadores al borde de la relevancia de la historia. La fuerza de Burdina de resolver el caso, incluso a riesgo de tomar medidas en contra de uno de los poderosos del palacio, lo convierte en un personaje que hay que observar interesante y complejo.