Cristina Pedroche, conocida por su carisma y cercanía, hizo su esperado regreso a la televisión en el programa Y ahora Sonsoles, luego de varios meses de descanso debido al nacimiento de su segundo hijo, Isai. En su intervención, Pedroche compartió sus sentimientos en torno al embarazo y la bienvenida a su hijo, revelando una experiencia que ha suscitado una ola de críticas.
La presentadora confesó que, tras haber criado a su primera hija, había llegado a convencer a su círculo de que esperaba una niña nuevamente. Por ello, cuando se enteró de que su segundo bebé era un varón, sentía una extraña mezcla de vergüenza y miedo al compartir la noticia. «Me daba miedo no querer al niño porque yo me había hecho a la idea de tener dos niñas», aseguró, reconociendo que este inesperado giro emocional había llegado como un «duelo» que ahora ha superado, enfatizando que ama profundamente a Isai.
Sin embargo, sus palabras no han resonado bien en todos los rincones de la opinión pública. Pedroche ha sido objeto de numerosas críticas y ataques en las redes sociales, lo que la llevó a manifestar su malestar en Instagram. «Es increíble la cantidad de odio que he recibido, incluso amenazas», confesó, reflejando cómo estos comentarios han empañado un día que debería haber sido de celebración, como su décimo aniversario con el chef Dabiz Muñoz.
A pesar del mar revuelto que ha causado su declaración, Pedroche se ha defendido con una sinceridad que a muchos les ha parecido digna de admiración. Explicó que su temor no se originaba en la negativa a aceptar la llegada de un hijo varón, sino más bien un conflicto interno sobre sus expectativas y la imagen que había creado ante sí misma y su familia. «Lo importante era que el niño estuviese bien», dijo.
Pedroche subrayó que su deseo al compartir esta vulnerabilidad era normalizar experiencias que muchas madres puedan sentir, pero que a menudo guardan en silencio. Ha recibido mensajes de apoyo de varias mujeres que se han sentido identificadas con su historia. «Yo solo quería normalizarlo, pero no se me ha querido entender», lamentó.
La presentadora, que ha aprendido a lidiar con sus emociones y expectativas, también dejó claro que tiene derecho a cambiar de opinión y evolucionar con el tiempo. «La vida va de eso, de cambiar y madurar», afirmó, mientras reitera que su confesión nunca pretendió trivializar el dolor ajeno, especialmente el de aquellas que enfrentan situaciones extremadamente dolorosas, como perder un hijo.
Fue un llamamiento a mirar más allá de las palabras y a reconocer la complejidad de las emociones humanas. En un mundo donde la difusión instantánea de opiniones puede llevar a malentendidos, Pedroche emergió con la firme convicción de que su voz, aunque polémica, merece ser escuchada y comprendida.
