Las mujeres de la Cuadrilla de Costaleros del Cristo de la Caridad de Ciudad Real han expresado su preocupación y descontento tras la reciente decisión de la Junta Directiva de la Hermandad de prohibir la participación mixta en el paso durante la procesión de Semana Santa de 2025. Esta medida fue comunicada de manera unilateral, en una reunión a la que únicamente asistieron ocho costaleras, dejando a sus compañeros varones fuera del diálogo.
Elena María López, costalera y hermana del Cristo de la Caridad, relató a Europa Press que la Junta Directiva, liderada por el ‘Hermano Mayor’ Agustín Sánchez, anunció que se eliminaban las cuadrillas mixtas. Esta decisión contrasta con la normativa de la Hermandad vigente desde 2013, cuando se permitió que las mujeres se unieran al grupo de costaleros gracias al esfuerzo de dos hermanas, Ángela y Carmen. Desde entonces, la cuadrilla ha funcionado de manera efectiva y mixta durante más de una década.
López cuestionó la falta de consulta a los aproximadamente 228 miembros de la Hermandad sobre esta decisión significativa. Planteó que un cambio de tal magnitud debería haberse sometido a votación en una asamblea general, pero la Junta desestimó esa posibilidad, indicando que la decisión quedaría bajo su criterio exclusivo.
Durante una tensa reunión, se fijó el 19 de enero como fecha límite para reunir a un grupo de 32 mujeres dispuestas a portar el paso, con la advertencia de que de no conseguirlo, las mujeres quedarían excluidas de la Semana Santa del próximo año. Sin embargo, la situación para las ocho costaleras se agravó aún más el pasado sábado 30 de noviembre, cuando el capataz comunicó, a través de un canal en el que solo él podía escribir, que la cuadrilla femenina quedaba disuelta debido a la «contrariedad» mostrada por ellas.
Ángela María Rodríguez, una de las pioneras que logró ingresar a la cuadrilla en 2013 después de años de intentos, afirmó que la decisión de la Junta es un intento deliberado por excluir a las mujeres del paso. Subrayó las dificultades de encontrar a otras veinticuatro mujeres dispuestas a cargar la pesada imagen, así como la falta de interés de los hombres por asumir tal responsabilidad.
Rodríguez describió la acción como «un acto de machismo clarísimo», lo que ella considera una grave ofensa y un retroceso. Con firmeza, expresó que desean continuar trabajando junto a sus compañeros y se oponen a una separación que considera innecesaria.
A medida que se aproxima la Semana Santa de 2025, las costaleras mantienen un tono de pesimismo respecto a sus posibilidades de conseguir su objetivo. Sin embargo, aseguran que lucharán por la causa, no solo por sus derechos, sino por las futuras generaciones de mujeres que, esperan, no enfrenten las mismas barreras que ellas vivieron.