En un nuevo acto de demostración de fuerza, Corea del Norte ha vuelto a hacer noticia este jueves tras el lanzamiento de varios misiles balísticos de corto alcance hacia el mar de Japón, también conocido como el mar del Este en la península coreana. Esta acción ha sido confirmada por el Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur a través de un comunicado, marcando otro episodio en la creciente tensión regional.
El Ministerio de Defensa de Japón corroboró la información sobre este nuevo test norcoreano, indicando que los proyectiles impactaron en aguas fuera de la zona económica exclusiva de Japón, sin que se reportaran daños a navíos que pudieran encontrarse en la zona.
Los misiles fueron lanzados desde las proximidades de Pyongyang alrededor de las 7:10 hora local, recorriendo una distancia aproximada de 360 kilómetros antes de caer al mar del Este, informó el JCS surcoreano. Las autoridades militares de Corea del Sur continúan analizando el tipo y la trayectoria de los proyectiles, en estrecha colaboración con sus homólogos estadounidenses y japoneses, para determinar las especificaciones exactas y posibles implicaciones de este lanzamiento.
Este acto de provocación no es aislado, ya que se produce después de que, a principios de julio, Pyongyang declarase haber probado con éxito un nuevo tipo de misil balístico táctico, capaz de portar una ojiva de gran tamaño. Además, se enmarca dentro de un contexto de creciente retórica belicista por parte del líder norcoreano, Kim Jong-un, quien recientemente instó a continuar el desarrollo y perfeccionamiento de las capacidades nucleares del país frente a lo que considera una «grave amenaza» por parte de las potencias lideradas por Estados Unidos.
En su discurso con motivo del día de la fundación nacional, Kim Jong-un declaró que la capacidad nuclear de la República Popular Democrática de Corea debe ser fortalecida aún más, en respuesta a las tensiones en el entorno regional y las amenazas percibidas por el régimen.
Este último ensayo de misiles refuerza la postura desafiante de Corea del Norte ante la comunidad internacional y pone de relieve los continuos desafíos que enfrenta la región en términos de seguridad y estabilidad. La comunidad internacional se mantendrá atenta a los desarrollos futuros, mientras los países involucrados evalúan sus respuestas a este nuevo acto de provocación.